La aerolínea ecuatoriana Ícaro lleva 10 años en un proceso de liquidación, que según sus representantes evidencia lentitud, desinterés y falta de acción por parte del Servicio de Rentas Internas (SRI) y de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros (SCVS).
Por el caso han pasado cinco liquidadores, que no han concluido el proceso.
La Superintendencia responsabilizó las demoras a que la aerolínea no ha dado las facilidades. Señaló que, además, los procesos coactivos ejecutados limitan y dificultan el trabajo del liquidador.
En cuanto a la labor del SRI, la aerolínea indicó que presentó un recurso de revisión el 4 de agosto del 2010, el cual no tuvo respuesta de la entidad.
El SRI manifestó que recién se atendió el requerimiento y que, anteriormente, no se lo hizo porque, por disposición interna de las autoridades de la época, “tales recursos, a partir del 2013, no constaban en el sistema institucional de trámites, como activos. La actual Administración tuvo conocimiento a fines de 2020, a raíz de un escrito presentado por el contribuyente”.
Además, agregó que del 2010 al 2013 el recurso no fue atendido por las autoridades institucionales de esa época.
Estas demoras e irregularidades, según Ícaro, siguen generando ilegalmente deudas, que, según la Superintendencia de Compañías, son de más de USD 21,2 millones.
La aerolínea indica que los liquidadores son los responsables de la vigilancia y administración de bienes; mientras que la Superintendencia señala que la mayoría de bienes se encuentran bajo custodia del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), el cual mantiene 11 procesos coactivos en contra de la aerolínea.
Sin embargo, uno de los aviones de la compañía se encuentra abandonado y destruido en la ciudad de Manta.
“El Boeing 737-200 está a la intemperie sin tren de aterrizaje delantero, está sostenido artesanalmente por tres llantas, sus asientos han desaparecido, sus turbinas están obsoletas. Se ha convertido en chatarra. Antes de la intervención de las autoridades, el avión estaba operativo”, afirma la empresa.
El proceso de liquidación de la empresa está, según la SCVS, en la segunda fase.