Cuántas veces hemos dado una monedita en la calle o hemos regalado fundas de caramelos a quienes recorren la ciudad timbrando en cada casa. Pero ¿sabe usted en qué manos termina ese dinero, la ropa, los juguetes o los dulces navideños que entrega?
Tenga en cuenta
¡Buenas noticias! En 2007, se atendió a 118 427 niños y sus familias. En 2008, la cifra subió a 149 352. Además, en el primer año se redujo en un 70% la presencia de niños, jóvenes y familias en las calles y carreteras. En 2008, se disminuyó en un 90% (MIES).
Dé una mano. Realice sus donaciones en los puntos de solidaridad. Si desea ser voluntario para participar en los festejos navideños o quiere que alguien recoja sus aportes en su casa comuníquese al 1800-200-123.Lorena Chávez, coordinadora general de Protección Especial del Instituto de la Niñez y la Familia (INFA), que pertenece al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), explica que muchas veces los niños que mendigan han sido utilizados por redes de trata y tráfico que lucran con esta actividad, y la ropa de las donaciones que realizamos va a parar en los mercados de pulgas o es utilizada para elaborar los monigotes de año nuevo. Lo mismo pasa con los caramelos, ya que suelen ser vendidos al peso en las tiendas. El problema se da cuando estas mafias localizadas dentro y fuera de la ciudad “se llevan a los niños, discapacitados y ancianos a mendigar, con la falsa promesa de que les van a dar algo y, a la final, nunca les dan nada”, afirma.
Para proteger a los niños, adolescentes, adultos mayores y personas con capacidades especiales y devolverles sus derechos, se impulsó desde 2007 el Plan de Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil y la Trata de Personas, y en la época navideña se realiza un refuerzo con el proyecto Rayuela Social, de intervención durante la Navidad y el Fin de Año. Rosa Orellana, directora general del INFA, puntualiza que las acciones consisten en el abordaje por medio de educadores sociales que recorren las carreteras y calles, determinando quiénes están mendigando. Una vez identificadas las problemáticas, se interviene en las familias y la comunidad, para dirigir las acciones de las organizaciones pertinentes. Al mismo tiempo, el programa que se ejecuta en 15 provincias, busca sensibilizar a los habitantes de barrios y comunidades expulsoras de personas para que salgan a pedir caridad, a través del acercamiento a los líderes y autoridades locales, y mediante caravanas artísticas y lúdicas. Asimismo, se realiza un monitoreo constante a las familias y los sectores en riesgo, y, posteriormente, se organizan los agasajos navideños para entregar las donaciones que han sido recogidas en los centros de acopio.
Una responsabilidad de todos
Para lograr estos objetivos se han unido muchas manos. Además de las diferentes entidades del Gobierno central, se ha sumado el apoyo de los gobiernos locales y muchas otras instituciones. También se han aliado empresas privadas, como algunas líneas de supermercados, centros comerciales o gasolineras que cuentan con puntos de solidaridad para recibir donaciones. Asimismo, algunas empresas han aportado con productos y recursos económicos para otorgar becas escolares.
Y nosotros también podemos poner un granito de arena. “Este es un esfuerzo de absolutamente todos. Tenemos que confiar en las instituciones para que estas canalicen una ayuda organizada, digna y verdaderamente solidaria”, como afirma Susana Valencia, técnica del Área de Desarrollo del Patronato San José. Así que recuerde no dar caridad en las calles y donar juguetes y ropa en muy buen estado, así como víveres en los centros de acopio.