El papa Francisco, de 88 años, se encuentra en el hospital Agostino Gemelli de Roma, con un cuadro clínico ya “complejo”, por su enfermedad en los pulmones de la neumonía bilateral, descubierta este martes 18 de febrero de 2025.
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Por esa razón, Francisco, cuyo nombre secular es Jorge Mario Bergoglio, debe recibir tratamiento adicional al que se le suministra por la infección polimicrobiana que obligó a hospitalizarlo.
El papa Francisco “sufre una neumonía bilateral que requiere una terapia farmacológica adicional a la que se utiliza para la infección polimicrobiana y su cuadro clínico sigue siendo “complejo”, informó este martes el Vaticano, en el último parte médico.
Por todo ello, la Santa Sede destaca que “los exámenes de laboratorio, las radiografías de tórax y las condiciones clínicas continúan presentando un cuadro complejo” para Francisco, que deberá mantener el “reposo absoluto” que ya le prescribieron los médicos hace dos días.
El papa Francisco está de buen humor, mientras se cura de la neumonía
A pesar de todas las complicaciones, el pontífice, de 88 años, “está de buen humor”. Recibe muestras de cariño fuera y dentro del hospital, donde las familias de los niños ingresados en el departamento de oncología le ha hecho llegar cartas y dibujos.
“Él agradece la cercanía que siente en este momento y pide, con el corazón agradecido, que se siga rezando por él”, concluye el comunicado.
En su quinta jornada de hospitalización, y al igual que en días precedentes, esta mañana recibió la Eucaristía. Durante la jornada, alternó el descanso con la oración y la lectura de textos, tras pasar ‘una noche tranquila’, explicó a los periodistas el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
También este martes el Vaticano confirmó que, por el momento, se anulaba la agenda del papa hasta el domingo y que en la misa con ocasión del Jubileo de los Diáconos será sustituido por el responsable del dicasterio para la Evangelización, Rino Fisichella.
¿Por qué perdió parte de un pulmón el papa Francisco?
Según recogió el papa Francisco en el libro ‘Soñemos juntos’ (2020), cuando tan solo tenía 21 años tuvo que someterse a una intervención quirúrgica en la que extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho. Él describió esta experiencia como su primera “con el límite, con el dolor y la soledad”.
Corría 1957 cuando el ahora pontífice se encontraba cursando el segundo año del seminario diocesano en Buenos Aires. Al igual que muchos otros seminaristas, fue víctima de una fuerte epidemia de gripe que terminó por evolucionar y desencadenar un cuadro febril.
“Un prefecto, que se dio cuenta de que lo mío no era el tipo de gripe que se cura con aspirina, me llevó al hospital. De entrada, me sacaron un litro y medio de agua del pulmón, y ahí me quedé peleando por vivir”, narró el líder religioso. Y añadió: “Durante meses no sabía quién era, si habría muerto o vivido. Ni siquiera los médicos sabían si sobreviviría. Me acuerdo de que un día le pregunté a mi madre, abrazándola, si iba a morir”.
Problemas en el pulmón derecho de Francisco, antes de ser papa
Las radiografías arrojaron que Francisco tenía tres quistes en el lóbulo superior del pulmón derecho. Como si fuera poco, también padecía de un derrame pleural bilateral que le producía dolor y dificultad respiratoria. La gravedad de su estado lo llevó a ser intervenido quirúrgicamente.
En entrevista con el doctor Nelson Castro, en 2019, el sumo pontífice reveló que fue “una gran operación”.
“La recuperación fue completa y nunca sentí ninguna limitación en mis actividades. (…) Nunca experimenté fatiga o falta de aire. Según me han explicado los médicos, el pulmón derecho se expandió y cubrió la totalidad del hemitórax homolateral. Y la expansión ha sido tan completa que, si no se le advierte del antecedente, solo un neumonólogo de primer nivel puede detectar la falta del lóbulo extirpado”.