Desde la caída del expresidente Bachar al Asad, las nuevas fuerzas de seguridad de Siria ejecutaron a sangre fría a cientos de civiles alauitas. A esta minoría pertenece la familia del exmandatario Al Asad, en las zonas costeras del país. Esta ola de violencia se vive en los últimos tres días
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Según el Observatorio Sirio de DD.HH., más de 700 civiles murieron en manos de las fuerzas de Damasco, desde el jueves 6 de marzo de 2025. Grupos insurgentes leales a Al Asad atacaron a tropas de la nueva administración en la provincia de Latakia. Es un feudo de la familia Al Asad y alauitas.
El ataque desencadenó enfrentamientos a gran escala. Se utilizó todo tipo de armas pesadas y se extendieron a otras provincias como Tartús, también en la costa.
Ejecuciones a sangre fría
Poco más de 200 son los combatientes fallecidos en la ola de violencia, cuyo objetivo es la población civil de la minoría alauita. Según el Observatorio fueron víctimas de “actos de venganza” por parte de los efectivos gubernamentales.
Vídeos que circulan en redes sociales, muchos verificados por el Observatorio y activistas, muestran ejecuciones a sangre fría. Las nuevas fuerzas sirias y aliados disparan a quemarropa contra civiles desarmados.
El Observatorio hizo un llamado a la comunidad internacional “para que adopte medidas urgentes. Pidió que se envíe equipos internacionales especializados de investigación para documentar “las graves violaciones que afectan a civiles”.
Asimismo, pidió a las autoridades de Damasco que “exijan responsabilidades” a sus efectivos implicados en estas acciones.
“La impunidad alienta la repetición de crímenes en el futuro. Esto amenaza la estabilidad política y social en Siria tras la caída de Al Asad”.
La Liga Árabe -que celebró el derrocamiento del expresidente y la llegada de nuevas autoridades-, condenó los ataques contra las fuerzas de seguridad. Pero también “los asesinatos incontrolados”, en las zonas costeras del país.