El conflicto palestino-israelí es uno de los más prolongados y complejos de la historia moderna. Sus raíces, en cuanto conflicto moderno, se remontan a finales del siglo XIX, cuando comenzaron las primeras migraciones judías hacia la región de Palestina, entonces bajo control del Imperio Otomano.
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Han existido eventos históricos que han moldeado este conflicto; es importante tomar en cuenta las causas y las perspectivas futuras.
Cuestiones territoriales palestino-israelíes
De acuerdo con Daniel García Sanz, docente de la Escuela de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional del Ecuador, el conflicto se centra en la reclamación de un territorio por dos pueblos.
Los israelíes argumentan que su presencia se remonta a la antigüedad bíblica, mientras que los palestinos señalan que están allí desde la conquista árabe del siglo VII d.C. Aunque esto sugiere un origen religioso o ancestral.
El surgimiento del sionismo
A finales del siglo XIX, de acuerdo con la página The Conversation, el sionismo emergió como un movimiento político que buscaba establecer un hogar nacional para el pueblo judío.
Theodor Herzl, uno de sus fundadores, inicialmente consideró varias ubicaciones para este Estado, pero finalmente se centró en Palestina debido a su significado religioso e histórico para los judíos.
La Declaración Balfour
En 1917, la Declaración Balfour formalizó el apoyo británico a la creación de un hogar nacional judío en Palestina, lo que intensificó la inmigración judía y las tensiones con la población árabe local, a decir de CNN.
El Mandato Británico y la partición
Tras la Primera Guerra Mundial, el Mandato Británico sobre Palestina fue establecido, lo que incrementó las tensiones entre judíos y árabes.
En 1947, la ONU propuso la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe, lo que fue aceptado por los judíos pero rechazado por los árabes, a decir de France 24.
Contexto histórico
Según García Sanz, el territorio de Israel/Palestina formó parte del Imperio Turco Otomano desde el siglo XVI. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el Imperio Británico, enemigo de los otomanos, declaró su apoyo al movimiento sionista, que buscaba establecer un hogar nacional para el pueblo judío en esa región, debido a la persecución sufrida en Europa.
Al finalizar la guerra, la Sociedad de Naciones confió a los británicos la administración del área, lo que incentivó la inmigración de judíos europeos y generó tensiones con la población árabe local. Esta inmigración se intensificó tras la llegada de los nazis al poder en Alemania y la consiguiente Shoá (holocausto judío).
La Declaración de Independencia de Israel
El 14 de mayo de 1948, Israel declaró su independencia, lo que provocó la invasión de los países árabes vecinos y el inicio de la primera guerra árabe-israelí. Este conflicto resultó en la Nakba o “catástrofe” para los palestinos, con cientos de miles de ellos desplazados de sus hogares, siguiendo con CNN.
Conflictos posteriores
Desde entonces, el conflicto ha estado marcado por múltiples guerras, que incluyen la Guerra de los Seis Días en 1967, que resultó en la ocupación israelí de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.
Acuerdos de Oslo
García Sanz menciona que en 1993 se firmaron los Acuerdos de Oslo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, con el objetivo de sentar las bases para la “solución de los dos Estados”.
Siguiendo con García Sanz , se concedió un grado de autonomía a Cisjordania, y se preveía que Israel se retirara de la Franja de Gaza, ambos territorios formarían un futuro Estado de Palestina. Sin embargo, la llegada de Hamás al poder en Gaza y el crecimiento de partidos ultranacionalistas en Israel han endurecido las posturas de ambos lados, lo que ha postergado la resolución del conflicto.
Perspectivas actuales
Hoy, el conflicto sigue siendo una fuente de tensión global. La expansión de los asentamientos israelíes en territorios ocupados y la violencia recurrente en Gaza son obstáculos significativos para la paz. La comunidad internacional continúa en la búsqueda de una solución de dos Estados, aunque las perspectivas son inciertas.
El conflicto palestino-israelí es un tema complejo con profundas raíces históricas y políticas. A pesar de los numerosos esfuerzos de paz, la resolución del conflicto sigue siendo un desafío monumental. La historia nos enseña que la paz solo será posible a través del diálogo y el compromiso mutuo.