El Salvador se mantenía ayer en suspenso sin una proclamación oficial del ganador de las elecciones presidenciales del domingo, mientras la izquierda celebraba el triunfo, la derecha alegaba fraude y las autoridades electorales defendían la transparencia del proceso.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció que la tarde de ayer se inició el conteo manual de los votos que, según el escrutinio preliminar del 100% de las mesas, dejaban al exguerrillero izquierdista Salvador Sánchez Cerén como ganador.
Sánchez Cerén, candidato del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), supera con 50,11% (1 494 144 votos) a Norman Quijano, de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha), que sumaba el 49,89% de los votos (1 487 510). Ante la diferencia de solo 6 634 votos, Quijano alegó fraude y se declaró “en pie de guerra”, tras advertir que las Fuerzas Armadas “están pendientes” de los acontecimientos.
“No vamos a permitir fraudes al estilo chavista o (Nicolás) Maduro”, aseveró Quijano, quien en campaña usó la crisis venezolana como propaganda para combatir a la izquierda. El estrecho margen es totalmente sorpresivo pues las encuestas vaticinaban una victoria del excomandante rebelde, de 69 años, con una ventaja de al menos diez puntos sobre Quijano, un férreo anticomunista de 67 años.
Sánchez Cerén, virtual presidente electo de El Salvador, calificó ayer de irreversible la ventaja obtenida en los comicios del domingo. “Estamos felices y alegres, comprometidos con el país porque no tenemos ninguna duda de que se van a reafirmar los resultados del conteo preliminar”, declaró.