Limitar a 27 grados el uso del aire acondicionado en verano (y 19 en invierno) en edificios públicos, espacios comerciales y grandes almacenes, infraestructuras de transporte, espacios culturales y hoteles, así como apagar las luces de escaparates y edificios públicos que estén desocupados a partir de las 22:00 serán las primeras medidas que entrarán en vigor este miércoles 10 de agosto en España.
Así figura en el primer paquete de medidas de ahorro y eficiencia energética aprobado por el Gobierno para reducir rápidamente el consumo de energía con el objetivo de cumplir con los compromisos europeos derivados del conflicto en Ucrania. Las iniciativas tendrán vigencia hasta el 1 de noviembre de 2023.
Excepciones a la regla
Centros sanitarios y hospitalarios, de formación (colegios, universidades o guarderías), peluquerías, lavanderías, gimnasios y los medios de transporte en sí (trenes, aviones, aeropuertos, barcos…) quedarán excluidos de la obligatoriedad de limitar la temperatura, para no bajar de los 27 grados en verano ni superar los 19 grados en invierno.
También quedan exentos los espacios donde sea necesario por las especificidades del sector, como en el caso habitaciones en los hoteles. En el resto del hotel (por ejemplo restaurantes, cafetería, espacios comunes) sí se aplicaría.
La ministra española para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, aclaró que los 27 grados se aplicarán “con flexibilidad” y puso como ejemplo que discotecas, cocinas y gimnasios necesitan una temperatura distinta a otros espacios como una librería.
“No se puede pedir a trabajadores que están en condiciones de ejercicio físico importante que no tengan las condiciones que el derecho laboral garantiza con respecto a los máximos y mínimos de temperatura”, aseguró Ribera en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press.
Por ello, los comercios y establecimientos deberán justificar en qué circunstancias no aplican el límite de temperatura en el termostato, una flexibilidad incorporada en el decreto ley para proteger los derechos de la salud laboral de sus trabajadores.
Otra excepción, explicó Ribera, es que la medida no se aplicará al alumbrado ornamental de monumentos (salvo que sean edificios públicos que a dicha hora estén desocupados).
Según la norma, los espacios comerciales, edificios públicos, espacios culturales y hoteles que incumplan el plan de ahorro y eficiencia energética aprobado por el Gobierno afrontarán multas de hasta USD 61 200 por infracciones leves, de hasta USD 6,1 millones por las graves y de hasta USD 102 millones por las muy graves.
Apoyo ciudadano
Mientras tanto, en Francia un curioso grupo de activistas apoya a su manera el ahorro de energía.
Cuando la noche cae, Kevin Ha y sus amigos saltan, escalan y se columpian por las fachadas de las tiendas más céntricas de París. Y no lo hacen por pura diversión. La principal meta de estos practicantes de parkour es apagar las luces de los escaparates para evitar el desperdicio de energía.
Como una especie de spidermans (hombres araña), ágiles, flexibles y determinados, Kevin y su grupo pertenecen al colectivo Lights Off, un movimiento ecologista con gran presencia en Francia que mezcla el deporte extremo del parkour con acciones para luchar contra el cambio climático.
“Soy de una generación en la que estamos acostumbrados a ver las luces siempre encendidas, pero creo que es una aberración”, afirma a EFE el joven, de 30 años, acompañado por otros cuatro amigos, todos veinteañeros.
Aunque la lucha de Kevin y sus amigos va más allá, coincide el reciente anuncio del Gobierno francés de un plan para reforzar la lucha contra el desperdicio energético en un contexto de tensión de precios por la guerra en Ucrania.
El Ejecutivo ha pedido un esfuerzo tanto al sector privado -al que multará por dejar las luces encendidas en medio de la noche o por malgastar aire acondicionado-, como a los hogares.
Calor imparable
Estas medidas, originadas en el menor abastecimiento ruso de gas a Europa en respuesta a las sanciones occidentales por la invasión a Ucrania, sirven para ayudar también al ambiente, que enfrenta situaciones críticas.
Ayer se conoció que el mes pasado fue uno de los tres julios más cálidos a escala mundial desde que hay registros (1991-2020) y el sexto más cálido en Europa. No es de extrañar pues hubo temperaturas récord locales y nacionales en el oeste y norte del continente durante la ola de calor, según el servicio europeo de observación Copernicus.