El Guagua Pichincha -que bordea a Quito por el occidente- está cubierto de nieve.
Eso explica por qué el viento de la tarde es tan helado en la capital. Son las 17:00 del miércoles 1 de junio y en la esquina de las calles Guayaquil y Olmedo el sonido de las puertas metálicas que se deslizan hacia abajo es una señal de que la jornada laboral terminó. Aún hay gente caminando, y decenas de carros y buses recorren las calles.  
El primero en cerrar es el negocio de Albertina Oquendo, de 57 años. Hay tres razones por las que cierra temprano: en las tardes no vende nada; pasada esa hora solo llegan delincuentes, y con el frÃo y la lluvia su artritis le provoca dolor en los huesos y se le dificulta caminar.
Hoy no fue un mal dÃa. Vendió USD 200, desde las 10:00.  
Aunque el negocio se ha reactivado, aún no llega a las cifras prepandemia, cuando en un buen dÃa lograba ventas por USD 350.
En esa cuadra hay 22 negocios.
Durante la pandemia cerraron ocho, pero en 2021 otros negocios se instalaron y la calle volvió a cobrar vida. A100 metros está la zapaterÃa Modelos Mary, que atiende por más de 40 años. Mary Totoy, su propietaria, cierra a las 18:30.
Hace unos cuatro años atendÃa hasta las 20:00 y vendÃa más, pero como sus vecinos se van temprano, no puede quedarse sola por temor a la delincuencia.
Desde abril empezó a vender más, pero no es ni el 50% de lo que se hacÃa en 2019. El centro tiene 308 manzanas por donde cada dÃa caminan más de 200 000 personas.
Acuden a hacer trámites o compras en alguno de los 6 812 locales comerciales. Pero conforme anochece la gente desaparece.
A las 19:30, en la Chile, el 90% de negocios ya ha cerrado. En la 10 de Agosto, el movimiento es menor.  Cerca de la Colón está Juan Caiza, otavaleño de 62 años que vende ropa, desde hace seis años.
Antes de la pandemia vendÃa hasta 10 sacos al dÃa; ahora, seis.
Es uno de los últimos locales en cerrar, pero sabe que es riesgoso.
A inicios de año le robaron el celular mientras iba a tomar el Trole.    
Alas 21:00 no hay un local abierto, ni en el centro, ni en la avenida América, tampoco en la De La Prensa, excepto un par de tiendas y licorerÃas.
En La Mariscal se observa un poco más de movimiento.
Horarios flexibles
Los locales agradecen la reactivación y piden a las autoridades que les dejen trabajar hasta más tarde. Los restaurantes y centros de diversión pueden abrir hasta las 02:00 (viernes y sábados) y quienes están en zonas turÃsticas, hasta las 03:00.    
Martha Guerrero, de la Asociación de Bares y Discotecas, cuenta que pueden trabajar al 80%, por lo que es clave ampliar el horario.
Asegura que hay gente que quiere vivir la noche y en Quito no se puede. Santiago Alarcón, de 23 años, es uno de ellos. Hay dÃas que sale a bailar con su novia y tres amigos más a las 23:30, en especial los viernes. Dice que ahora, por estudios o trabajo, los jóvenes se reúnen más tarde y por eso requieren de mayor tiempo.