Entrevista a Milton Luna, ministro de Educación. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
En menos de una semana se espera que el vicepresidente de la República, Otto Sonnenholzner, presente públicamente la dinámica de trabajo del Acuerdo Nacional.
En la Cartera de Educación tienen claro -apunta su Ministro- que al final lo que menos esperan es un acopio de 30 000 demandas, a modo de pliego de peticiones. Milton Luna habló sobre la iniciativa.
Dentro de la agenda del Acuerdo hay seis temas, uno es educación. ¿Encabezará esos diálogos?
El Vicepresidente lidera el Acuerdo. Pero a diversos ministros nos han encargado construir las mesas correspondientes, en mi caso Educación, con Adrián Bonilla (Senescyt), quien me pidió encabezar esto.
¿El Ministerio tiene un proceso avanzado?
El Gobierno ha entendido que desde la Cartera se desarrolla una iniciativa de Acuerdo por la Educación desde hace más de un año. Yo estaba participando en una mesa como Contrato Social.
¿Cuántas mesas existen?
Hay cinco mesas formadas y se enfocan en: derechos humanos y educación; educación técnica; jóvenes y empleabilidad; educación para el desarrollo sostenible; valores. Se están creando tres: Nueva Escuela y educación a lo largo de toda la vida (que alentamos desde el Ministerio pero buscamos enriquecer la propuesta); interculturalidad y diversidades, como los Glbti, culturas juveniles. Y desarrollo infantil.
¿Qué se puede esperar?
La metodología es amplia, abierta, pero no desearíamos tener un acopio de 30 000 demandas, que se conviertan en pliegos de peticiones sino de diagnósticos de la situación y, sobre todo, de compromisos.
¿Un ejemplo?
Para alcanzar la calidad requerimos de un buen docente y este de un nivel de jubilación. Y se dirá con qué contribuye el Estado, el profesor, cuál es el compromiso de cada uno. No queremos un acuerdo lírico sino tangible. En el 2002 hubo un primer acuerdo nacional. Con el ministro Juan Cordero se formó una agenda básica al 2015, con diversos actores; se habló de la universalización de la educación y hubo seguimiento.
¿Qué plazo tienen las mesas para entregar los resultados del diálogo?
Se está discutiendo eso, pero sería hasta noviembre, para tener un primer gran trazado, pero eso no impide que el proceso pueda continuar. Podrían existir unos primeros acuerdos en junio y otros en septiembre, que puedan reflejarse en la política pública. Iríamos con metas al 2030, pero quiero mirar al 2050.
Hace ocho días, el Ejecutivo habló de ser austeros. ¿Cómo concretar acuerdos sin presupuesto?
Si salieran acuerdos generales que impliquen un esfuerzo económico para el país, si hubiera las condiciones políticas, lo razonable sería hacer un referendo. En noviembre del 2006, en segunda vuelta electoral se aprobó el Plan Decenal. En Chile se planteó una consulta que terminó siendo un pacto social fiscal (aumento IVA). Además, hay metas a cortísimo, a mediano y a largo plazos.
Antes se criticó la práctica de hacer leyes con involucrados, se decía que venían listas de Carondelet. ¿Estos acuerdos llegan hechos por el FMI?
Como garantía de que eso no es así está la sociedad civil, claro que va el Ministerio, pero no con agenda. Buscamos el ejercicio democrático, que todo surja de la demanda.
Pero las decisiones las toman gobiernos. ¿Qué harán si piden eliminar el examen de acceso a la ‘U’?
Tenemos una postura: revisar esa evaluación, sabemos los costos y efectos que han tenido esas pruebas estandarizadas; hay empate de criterios con diversos sectores.
Augusto Barrera dialogó con las ‘U’, le dieron más cupos, pero ninguna abrió las puertas a todos los bachilleres. ¿El Estado tiene recursos para eso?
No tiene tampoco, claro.
¿Van a dar reversa?
No, es un tema de enfoque. Si se enfoca en que la única forma de realizarse es un PhD, hay un concepto excluyente. Hay que decir que hay inteligencias múltiples, no todos pueden ser ingenieros, pero hay que dar opciones.
En el Gobierno anterior decían que no todos son aptos para la universidad.
Pero cerraron institutos.
¿No eran de calidad o sí?
Hay un acumulado histórico, un determinado tipo de oferta no era buena, era mala. Pero no hablamos de reinstalar cosas malas sino de cambio de enfoque, de construir una gama de opciones.
Hoja de vida
Desde el 2002 hasta el 2018 dirigió el Contrato Social por la Educación. Doctor en Historia. Catedrático de la PUCE. Tiene 60 años.
Su pensamiento. El Acuerdo Nacional por la Educación requiere un esfuerzo de madurez política, para pensar a cortísimo y largo plazos.