En el estadio de Peguche, tres extranjeros fueron azotados con ortiga y látigo y recibieron un baño de agua fría el lunes 22 de julio del 2019. Foto: EL COMERCIO
Las espaldas, glúteos y piernas de tres extranjeros quedaron marcados por los latigazos y azotes con ortiga que recibieron el lunes 22 de julio de 2019, en Otavalo (Imbabura).
Ese fue el castigo que dispuso el Consejo de Cabildos de la parroquia Miguel Egas Cabezas, que aglutina a siete comunas. Allí se realizó una Asamblea en la que se los culpó del supuesto robo de un auto.
Según las investigaciones, el dueño del automotor fue interceptado por dos hombres armados, mientras intentaba guardar el carro en su casa, en Otavalo, a la 01:00 de ayer.
Uno de los asaltantes le habría apuntado con una pistola en la cabeza y le advirtió que “no haga nada si quiere seguir vivo”. Luego, observó cómo uno de los sospechosos se llevaba su auto, mientras que el otro huyó en una motocicleta.
En la Asamblea se dijo que tras el asalto, apareció un taxi. El conductor se percató del incidente y alertó a sus compañeros e iniciaron una persecución. El carro robado avanzó hasta Peguche y quedó atascado en una acequia. Estaba sin ocupantes. Los taxistas alertaron a los comuneros e iniciaron la búsqueda en la zona.
Los comuneros dijeron que el afectado identificó a su agresor que caminaba por la localidad. Ya no tenía el arma, pero entre sus pertenencias encontraron la llave de la moto.
La gente reunida en la plaza presenció el castigo, que incluyó el uso de ortiga. Foto: Captura
Un vecino informó que el vehículo fue escondido en una casa del sector. Al interior estaban dos ciudadanos que fueron retenidos y trasladados a la Junta Parroquial local. La mañana de ayer se realizó una Asamblea con los presidentes de las siete comunas.
Los implicados tenían las manos atadas y los ojos cubiertos con telas. Caminaron descalzos por las calles empedradas hasta el estadio. Al sitio llegaron el jefe de la Policía de Otavalo, la Comisaría Nacional y de la Junta Parroquial.
Por pedido de los vecinos las tres personas quedaron en ropa interior. “Esto es un castigo moral, para que tengan vergüenza”, aseguró un dirigente.
Mientras tanto, una mujer leyó la resolución del Consejo de Cabildos en el que se instó a aplicar la justicia indígena, amparada en el artículo 171 de la Constitución de Ecuador.
La sanción incluyó que los retenidos pidan perdón por el robo y que reciban un castigo físico, que incluyó un baño de agua fría, golpes con ramas de ortigas y 14 latigazos cada uno.
Además, se dio plazo de tres días para que todos los extranjeros que rentan cuartos abandonen la parroquia. Se solicitó a la Comisaría Nacional del cantón que vigile el cumplimiento de esta decisión. Otro grupo de comuneros incineró la motocicleta.