La audiencia del caso se desarrolló en el edificio de la Corte Nacional de Justicia. Foto: Cortesía
La investigación fiscal del caso Pedernales se cierra mañana 3 de septiembre del 2020. Las últimas versiones que los jueces recopilaron sobre esta causa muestran cómo la fallida construcción de un hospital básico para esa población manabita salpicó a legisladores.
José Véliz, exrepresentante legal del Consorcio Pedernales-Manabí, encargado de construir la casa de salud, fue el último en dar su testimonio en el alto Tribunal. Él es uno de los procesados y ante el juez Marco Rodríguez, declaró que en una reunión, en la que estuvo otro imputado, le dijeron que el 12% del valor de la obra era para el exlegislador Daniel Mendoza y otros parlamentarios.
“Esa era la condición para que se me adjudicara el contrato. Se me indicó que debía entregar cuatro cheques a manera de garantía. Estos iban a ser canjeados por efectivo al momento de recibir el anticipo”.
Véliz dijo que USD 1,6 millones fueron cobrados a través de cheques y USD 320 000 más no se pudieron efectivizar.
“Supe que ese dinero iba a ser para un juicio político, pero desconozco si se usó para eso”, sostuvo. “Formé parte de un sistema corrupto y por eso pido disculpas al país”.
Con esta declaración se cerró la indagación. Ahora, la Fiscalía debe solicitar al juez que fije día y hora para la audiencia en la que se determine si 19 procesados van o no a juicio por delincuencia organizada.
En este expediente además es señalado el exasambleísta Eliseo Azuero, hoy prófugo.
Jorge Ortega, abogado de Jorge Jalil (otro imputado), sostuvo que no hay elementos para llamarlo a juicio. “No existen pruebas de que haya cobrado”.
Mendoza también apuntó a Azuero y recordó que él les contó “haber entregado a sus colegas de bancada montos respectivos”. Luego indicó: “Hizo referencia al que más insistía, al asambleísta de Galápagos, a quien se refirió como ‘Wacho’, con relación al legislador Washington Paredes”.
Este Diario habló con él y negó tales repartos de dinero y aseguró que las únicas conversaciones que mantuvo con Azuero y con el resto de los legisladores fueron por temas estrictamente legislativos.