Tegucigalpa, Nueva York.
Reuters, ANSA y DPA
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La tensión social y política se agravó ayer en Honduras, 48 horas después del retorno al país del derrocado mandatario Manuel Zelaya, quien está alojado desde el lunes en la Embajada de Brasil.
Sectores de Tegucigalpa, la capital de Honduras, se asemejan a zonas de combate, según se constató en un recorrido por los barrios pobres de la ciudad, donde barricadas y llantas quemadas se observan en las calles destruidas.
Asimismo, los niveles de saqueo registrados en supermercados propiedad de la estadounidense Walt-Mart y de la cadena local La Colonia, así como en una tienda de la mexicana Elektra, sorprendieron a las autoridades. El vandalismo fue tal que fue poco lo que quedó en los locales saqueados en la colonia El Pedragal, en la parte sur de Tegucigalpa.
El gobierno de facto de Roberto Micheletti anunció que incrementará la vigilancia en las calles, ante el temor de que se repitan los desórdenes y caos provocados anteanoche y las primeras horas de ayer. Para las autoridades lo más preocupante fue que los desmanes ocurrieron en horas en que existía un toque de queda, cuando regía una total prohibición de movimiento de personas. El Régimen extendió ayer el toque de queda por tiempo indefinido.
En forma paralela a los saqueos, el aumento de la tensión se evidenció con el deceso de un zelayista. Este murió en un choque entre manifestantes y la Policía, mientras miles de personas marchaban desafiando el toque de queda hacia la legación de Brasil.
La víctima falleció baleada en la noche del martes en un barrio pobre de Tegucigalpa horas después de que las fuerzas de seguridad dispersaran violentamente a cientos de manifestantes en las cercanías de la sede diplomática.
Ayer, cientos de efectivos mantenían rodeada por segundo día consecutivo la Embajada brasileña. Los soldados formaban una barrera en varias calles cercanas a la sede diplomática, protegida por vallas y camiones del Ejército, mientras un helicóptero militar sobrevolaba la zona.
En forma paralela, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, informó a través de un comunicado su decisión de “suspender temporalmente” la asistencia técnica que la ONU estaba ofreciendo para las elecciones de Honduras del 29 de noviembre.
La decisión se debe a que no se dan las condiciones “para celebrar unos comicios que pudieran ser un avance para la paz y la estabilidad”. La crisis en Honduras, que se inició el pasado 28 de junio con el golpe de Estado contra Zelaya, entró en la agenda de la Asamblea General de la ONU.