Imagen referencial. Pacientes con cáncer cuentan que se les ha complicado el acceso a medicinas y tratamientos médicos por la pandemia. Foto: Pxhere.
Las personas con cáncer u otras enfermedades catastróficas están dentro del grupo de riesgo frente al covid-19. El motivo principal es que son pacientes inmunodeprimidos, es decir, su sistema inmunológico (defensas) está debilitado producto del mal existente o por tratamientos que se practican como la quimioterapia o radioterapia.
Nelly Valbuena, Xiomara Castrillón y Zulema Ponce son tres mujeres que padecen de cáncer. Durante esta pandemia, ellas han enfrentado una serie de complicaciones relacionadas con la falta de fármacos, atención médica y acceso a exámenes de control de su enfermedad, en un hospital del Seguro Social.
A Nelly, de 53 años, le diagnosticaron en el 2012 cáncer de mama; tiene metástasis en hígado, páncreas y huesos, por lo que debe tomar a diario una pastilla (hormonoterapia) para mejorar su condición de vida. Usualmente, el hospital donde se trata en donde se trata le entregaba un paquete, cada dos meses.
Sin embargo, el jueves 13 de agosto del 2020 le dijeron que no había, cuenta su esposo Alexis Ponce. Él es fundador de la Agrupación de pacientes y familias con estas enfermedades y coordinador de la Liga del Cáncer de Seno. “Si mi esposa y toda persona oncológica suspenden la medicina, pueden tener serios problemas de salud. Nunca le frenaron el tratamiento sino cuando empezó la emergencia por la pandemia”.
Otro de los inconvenientes es el acceso a los exámenes. Nelly -señala Ponce- debe hacerse tomografías y el marcador tumoral, con el objetivo de ver cómo avanza esta patología. “Desde el año anterior no hemos podido ir al hospital, porque hay un alto riesgo de contagio, por lo que pedimos que nos ayuden para continuar con los tratamientos de forma segura”.
Xiomara es otra paciente oncológica. A ella le diagnosticaron cáncer de cérvix en un estadio avanzado. Tres veces al día debe tomar un opiáceo para frenar el intenso dolor.
“Si se corta (el tratamiento) causa síndrome de abstinencia insoportable tanto que el día cinco cayó en depresión e intentó terminar con su vida, porque el dolor es insoportable, por lo que es de vital importancia que reciba y tome el medicamento a tiempo y en los plazos establecidos”, escribió su hijo Nicolás. Afortunadamente, ella ya recibió los fármacos y está más tranquila.
Mientras que Zulema Ponce, de 61 años y con cáncer de pulmón, aún no recibe sus medicinas. El retraso es de tres meses, por lo que su familia ha tenido que comprar en una farmacia privada. “Cada ampolla (quimioterapia) cuesta USD 1 200 y debe colocarse dos cada 21 días. En el hospital simplemente nos dicen que no hay”, relata el esposo René Clavijo.
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