Debido a los 198 años de Independencia de Guayaquil, seis barcazas alegóricas, embarcaciones de la Armada del Ecuador y de instituciones como el Cuerpo de Bomberos y la Policía Nacional desfilaron por las aguas del Estero en el Desfile Náutico. Fotos: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
El avistamiento turístico de aves en la ciudad, la representación de los pueblos montuvios y afrodescendiente que con parte de la guayaquileñidad estuvieron representados en grandes y coloridas figuras de espuma y madera que se pasearon por las aguas del Estero Salado este sábado 13 de octubre.
Seis barcazas alegóricas, embarcaciones de la Armada del Ecuador y de instituciones como el Cuerpo de Bomberos y la Policía Nacional desfilaron por las aguas del Estero en el Desfile Náutico por los 198 años de Independencia de Guayaquil.
El sobrevuelo de helicópteros y de aviones supersónicos de la Fuerza Aérea Ecuatoriana y de la Aviación Naval amenizaron la mañana en la que cientos de guayaquileños se situaron a orillas del Malecón del Salado para ver desfilar a las embarcaciones.
A la primera embarcación le siguió la barcaza alegórica de los preparativos de la celebración de los 200 años de la Independencia. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Juan y Juanita Pueblo, personajes icónicos de la ciudad, abrieron el desfile saludando a los asistentes desde un bote (Juan Pueblo tuvo su propia barcaza de celebración de los 100 años de la tira cómica).
A la primera embarcación le siguió la barcaza alegórica de los preparativos de la celebración de los 200 años de la Independencia, que se celebrarán en dos años. Una mujer con una antorcha alzada en una mano como símbolo de la libertad y la antigua Casa Consistorial del siglo XIX junto a bandera y jóvenes tocando tambores formaron parte de la alegoría.
Entre los asistentes estuvo Mariela Gutiérrez, que llevó a su hija Marcela, de 3 años, vestida a la usanza colonial con los colores celeste y blanco de la ciudad y una sombrilla blanca. “Es una forma de pasar una mañana en familia y levantar el espíritu cívico de amor por Guayaquil”, dijo.
Uno de los mensajes hacia los asistentes fue acerca del cuidado del ambiente, de la riqueza ecológica maravillosa en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
“El mensaje primero es cívico, rendir homenaje a la ciudad; y luego turístico, de promoción de este sector. Y estamos haciendo conciencia de la importancia de preparar la celebración del Bicentenario”, indicó Gloria Gallardo, presidenta de la Empresa Pública Municipal de Turismo de Guayaquil. “También tiene el objetivo de voltear la mirada hacia el brazo de mar y un mensaje de cuidado del ambiente, de una riqueza ecológica maravillosa”.
Una orquesta de música tropical y la banda de la Policía Metropolitana se apostaron en una tarima en la Plaza de la Música del Malecón del Salado, a la altura del Puente El Velero, para continuar con música la fiesta tras casi dos horas de evento. El Velero fue el punto de llegada de las embarcaciones que iniciaron su recorrido unos kilómetros más al sur del Estero, en el puente de la avenida Portete.