El fútbol por TV abierta afecta a los bares

Buenos Aires. Reuters

La intempestiva ruptura del contrato de televisación codificada del fútbol en Argentina puso  a una tradición que durante 18 años hizo de los bares de Buenos Aires un centro de reunión obligado a la hora de ver los grandes clásicos del torneo local.

El último fin de semana, las confiterías debieron retiran los carteles que invitaban al público a ver el fútbol codificado por el consumo de  un café o una cerveza.

Esto era una  opción mucho más económica que los casi 10 dólares extra por mes que pagaban los abonados para ver un River-Boca, un Racing-Independiente o un San Lorenzo-Huracán.

La  Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el Gobierno acordaron buscar la forma de transmitir los partidos gratuitamente para todo el país después de que la asociación de clubes rompió  su vínculo con la firma TSC (Televisión Satelital Codificada).

El contrato entre la AFA y la empresa privada tenía vigencia hasta  2014, pero las urgencias financieras del empobrecido fútbol argentino y el enfrentamiento entre la Casa Rosada y el Grupo Clarín, dueño de la mitad de TSC, impusieron sus propios tiempos.

El conflicto se da en medio de una puja entre el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández y el Grupo Clarín, cuyos medios son muy críticos de la gestión oficial. Hasta el torneo pasado los derechos estaban en manos del Canal 13 de televisión abierta, perteneciente al Grupo Clarín, que prohibía pasar los goles de los encuentros jugados viernes, sábados y domingos hasta después del clásico programa Fútbol de Primera que se emitía a las 22:00. 

“No sé qué vamos a inventar, los partidos (codificados) eran un buen gancho (propuesta) para atraer a la gente y hacer una diferencia (económica)”, dijo  José Ramos, un español dueño de un bar de barrio que los viernes, sábados y domingo se convertía en refugio de solteros, casados y divorciados.

“Están matando la pasión”, agregó refiriéndose a la tradición de juntarse en el bar para compartir charlas de café o utilizar el fútbol como excusa para escaparse de la casa. Los argentinos terminaron el mes de julio con desconcierto e iniciaron el de agosto con incertidumbre de lo que ocurrirá desde el 28 de este mes, cuando se inicie el campeonato.

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