La esposa del ciudadano ecuatoriano secuestrado en Ibarra dijo que sus captores los trasladaron a través de la vía Ibarra-San Lorenzo, hacia la frontera con Colombia. Foto: Imagen referencial. Archivo/ EL COMERCIO
Los familiares de Marcelo Muñoz, ciudadano ecuatoriano que permanece retenido desde hace cuatro años por un grupo armado colombiano, se solidarizaron con los parientes y amigos del equipo periodístico de diario EL COMERCIO, secuestrado desde el 26 de marzo del 2018, en el norte de la provincia de Esmeraldas, frontera con Colombia.
Yolanda Buitrón, esposa de Muñoz, señaló que solo el que enfrenta la ausencia de un ser amado sabe el dolor que esto produce.
Este miércoles 4 de abril del 2018, junto a Pablo Jurado, prefecto de Imbabura, hicieron público su solidaridad. “No son tres, son cuatro a las personas que esperamos que retornen sanos y salvos”. Así expresaban mediante gritos y carteles.
Jurado exigió al Gobierno de Ecuador una respuesta y acciones inmediatas para lograr la liberación del periodista Javier Ortega, del fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra, así como también de Marcelo Muñoz, ingeniero civil nacido en Ibarra, provincia de Imbabura, hace 59 años.
Comentó que no puede ser posible que la delincuencia azote a ciudadanos que lo único que hacen es cumplir con su trabajo.
Buitrón recordó que su esposo fue secuestrado en la casa de sus progenitores, ubicada en Yahuarcocha, en Ibarra. “Estábamos visitando a sus padres, como lo hacíamos cada sábado. De pronto fuimos sorprendidos por cuatro hombres y una mujer que llevaban armas de fuego y un machete. Tenían acento extranjero”.
Luego de atar a los adultos mayores y abandonarlos en el inmueble, trasladaron a la pareja de esposos en su propia camioneta hasta la salida norte de Ibarra. Ahí les obligaron a subirse en otro vehículo, que les condujo por la vía Ibarra-San Lorenzo. Luego tomaron una vía secundaria rumbo a la frontera con Colombia.
La mujer recuerda que antes de cruzar el límite fronterizo les internaron en una zona boscosa, en el lado ecuatoriano. Un hombre que decía estar al mando y hablaba por una radio de comunicaciones les aseguró que no era un secuestro político ni por venganza, sino para exigir dinero a cambio de la liberación.
En la mañana les hacían caminar largos tramos y en la noche dormía en improvisados campamentos. Luego de 17 días liberaron a Yolanda Buitrón.
Pero, previamente, le exigieron que reúna una cantidad de dinero (no revelaron el monto) para liberar a su marido. Durante el primer año recibieron llamadas telefónicas y videos con imágenes de Muñoz. Luego de seis meses de negociaciones entregaron el dinero en una vía desolada de Nariño, Colombia.
Sin embargo, su esposo nunca fue liberado en Tumaco, localidad colombiana vecina a Esmeraldas, como ofrecieron.
La última vez que tuvo contacto telefónico con los captores fue el 1 de mayo del 2014.
El caso fue conocido por el exgobierno de Rafael Correa, asegura Buitrón. Ahora también ha enviado cartas al presidente Lenín Moreno, los ministros de Interior y de Defensa.