30 mujeres mostraron sus emprendimientos en una feria en Guayaquil, previo al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Foto: Elena Paucar / EL COMERCIO
Dayana reaccionó cuando estuvo a punto de morir. La última discusión con su exesposo se tornó violenta y terminó inconsciente. Él trató de asfixiarla con sus manos.
En mayo pasado la joven de 25 años despertó. Buscó ayuda y llegó a la Fundación Creando Sonrisas, que da apoyo a mujeres para alejarlas de situaciones de violencia de género.
“Antes no podía trabajar, porque mi expareja era muy celoso. Pero en la fundación comencé mi emprendimiento”, recuerda.
Impulsar el emprendimiento económico es uno de los pilares de esta fundación, como explica su director, Fernando Febres-Cordero. “Está demostrado que si las mujeres se empoderan económicamente pueden salir de ese círculo de violencia de género, que puede terminar en femicidios”.
Una parte de quienes lograron superar la violencia se congregó este sábado 23 de noviembre de 2019 en la explanada del Centro Cívico, en el sur de Guayaquil. Son 30 mujeres que exhibirán durante dos días sus emprendimientos en una feria, previo al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se recuerda cada 25 de noviembre.
“Todas las mujeres hemos experimentado violencia en algún momento, incluso desde el enamoramiento”, dice Gabriela Flores, una de las participantes de la feria. Ella es una de las motivadoras de la fundación y ha colaborado en los programas de capacitación para el emprendimiento.
“Hay que empezar por perder el miedo al fracaso”, afirma Gabriela. Para enseñar con el ejemplo, esta joven creó Divinuras Saori, un pequeño negocio de venta de artículos y ropa para mascotas, inspirado en su amor por los animales.
Cuando el número de mujeres trabajando aumenta, las economías de los países crecen de forma más acelerada. Así lo concluye un estudio de ONU Mujeres, la entidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento.
El organismo además señala que si en el hogar se incrementa la proporción de ingresos controlados por las mujeres, se modifican también los patrones de gasto en beneficios de sus hijas e hijos.
Dayana, la joven que se salvó de ser una víctima más de femicidio, aprendió a elaborar jabones naturales. Por un tiempo ese mundo de aromas fue su alivio y el sustento para su pequeño hijo.
Miel, café, uva y pétalos de rosas también son las esencias de los jabones artesanales Kattalinmar, otro de los emprendimientos que participa en la feria en Guayaquil. Norma Barahona y su hija son las propietarias de este negocio, que comenzó hace dos años.
Norma asegura que no ha vivido violencia de género, pero anima a las víctimas a valorarse. “Las mujeres podemos desarrollarnos en la vida sin impedimentos. Es lamentable ver tantos casos, pero todo puede cambiar si se aferran a palabras positivas: yo puedo, yo soy…”, dice mientras arregla en su estante los jabones de azúcar morena para suavizar la piel y los de rosas, con efecto cicatrizante.
Sanar las heridas del alma es el primer paso para quienes acuden a Creando Sonrisas. La presidenta de la fundación, Reyna Landires, explica que en los encuentros iniciales provocan un despertar en las mujeres para avanzar con el empoderamiento. Este grupo cuenta además con aliados para el desarrollo de cursos de capacitación. Sin embargo, una de las trabas es el acceso a créditos.
El acercamiento a instituciones financieras o mecanismo de ahorro formales es más fácil para los hombres, como resume ONU Mujeres. El organismo concluye que, mientras el 55% de los hombres tiene una cuenta bancaria, solo el 47% de las mujeres en el mundo la tiene.
Jannette Mena es otra de las participantes de la feria. Del tejido como hobbie nació Kactu, el emprendimiento de detalles y accesorios que mantiene junto a su hija. Entre las dos han dado un giro al tradicional crochet para hilar novedosas pulseras y otros artículos.
Jannette es jubilada; tampoco ha experimentado violencia aunque por su trabajo sí la ha conocido de cerca. “Un factor determinante es la educación en el hogar. La mujer debe buscar prepararse”, aconseja.
La ONU ha enfatizado que el aumento de la educación de las mujeres y las niñas contribuye a un mayor crecimiento económico. “Un mayor nivel educativo da cuenta de aproximadamente el 50% del crecimiento económico en los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)”, cita un informe.
Dayana pasó de la venta de jabones en USD 3 y 4 a tener un trabajo estable; ahora labora en una institución pública. “Pese a todo, podemos salir adelante”, dice convencida. Alcanzar la igualdad de género es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, impulsados por la ONU.