Eduardo Jurado: ‘Este Gobierno es de un progresismo pragmático’

"Me enfoco más en la estructura. Los ministros se enfocan en la coyuntura. Los ministros apagan fuegos”: Eduardo Jurado, Secretario de la Presidencia. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

"Me enfoco más en la estructura. Los ministros se enfocan en la coyuntura. Los ministros apagan fuegos”: Eduardo Jurado, Secretario de la Presidencia. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Eduardo Jurado, Secretario de la Presidencia, se graduó en 1982 en Ingeniería Industrial de la Universidad de Guayaquil. En 1993 se diplomó en Marketing por el Tecnológico de Monterrey.

En el 2010 obtuvo su PhD Aden Business School. Ha sido además Vicepresidente ejecutivo de Otecel, y CEO de su propia empresa Bismark Internacional.

En el gobierno de Gustavo Noboa fue subsecretario de Industrias y luego viceministro de Comercio exterior, Industrialización y Competitividad.

¿Cuál es el significado político de ser secretario general de la Presidencia?

Esta entidad ejerce la representación legal de la Presidencia de la República y desde el punto de vista de gestión del gobierno es el Ministerio que articula a todos los ministerios. Es el Ministerio de los ministerios, vendría a ser como una especie de gerencia General del Gobierno. Es una oportunidad para poder servir al país desde una muy alta función, no solo porque está muy cerca al Presidente, sino también por la articulación de la gestión del Gobierno.

Usted tiene una larga trayectoria como empresario. También tuvo cargos en el gobierno de Gustavo Noboa. No es nuevo esto de estar en la política...

No es nuevo estar en la gestión de Gobierno, pero sí en la política. No he estado en la política, lo mío es la gestión. Soy ingeniero industrial y tengo una maestría y un doctorado en administración.

Claro, pero el cargo es meramente político.

El cargo tiene una alta connotación política, aunque dentro del Gobierno tenemos un ministro que hace la gestión política (Paúl Granda) y también una función adicional que es la secretaría particular de la Presidencia (Juan Sebastián Roldán), que tiene un alto matiz político, por lo que trato de enfocarme en la gestión.

¿Cuál es su metodología?

El Presidente sintió la necesidad de traer al Gobierno a alguien que se enfoque más en la gestión que en los temas políticos. Algunos ministros estaban desarticulados, otros ya salieron, a otros había que incorporarlos a esta metodología de trabajo, muy empresarial. Mi metodología de trabajo es de rendición de cuentas: qué es lo que tienes que hacer, cuándo lo vas a hacer y qué resultado vamos a medir y yo me voy a encargar de que mi equipo de la Secretaría te haga el seguimiento para ver cómo estás cumpliendo esos objetivos. Nosotros nos comprometimos y este es el resultado que me tienes que traer y yo me voy a asegurar de que así sea y si no es así te tienes que ir.

¿Cómo combinar esa praxis con el ala de izquierda del Gobierno?

Existe una tendencia de encasillar a las personas, las ideas y las acciones si son de izquierda o son de derecha. Me enfoco en los resultados. Cuál es el resultado que se va a lograr con las decisiones que tomamos. Esas decisiones, a su vez, las divido en dos categorías: estructurales y coyunturales. Yo me enfoco más en la estructura, de forma que los ministros se enfocan en la coyuntura: los ministros hacen carpintería, apagan fuegos diariamente. Los ministros tienen mucho trabajo que hacer en el día a día y muchos problemas que resolver.

Cuando se habla de corrupción, es como que solo se apunta hacia atrás. ¿Cómo poner énfasis ahora?

No solo en este Gobierno, sino también ver hacia adelante. Pero el nuevo gobierno ya va a tener herramientas como la ley ISO 37006 antisoborno. Ya las estructuras suaves que son aquellas que les va a permitir hacer un buen gobierno. Nosotros vamos a implementar la metodología de gobierno abierto, que significa transparencia. Todo eso es preventivo para la corrupción. Por qué se da la corrupción: porque hay opacidad, porque se oculta información, se ocultan procesos y porque no hay castigo. Entonces entre la opacidad y la impunidad se crea el caldo de cultivo para la corrupción.

¿A los trabajadores públicos con contratos que se vencen se les va a renovar?

Fue decisión de nuestro Gobierno optimizar el Estado. Redujimos la cantidad de ministerios de 40 a 27 y ahora a 20. No estamos renovando contratos ocasionales, aprovechamos para optimizar el tamaño real del Estado.

¿Fusionar ministerios no es como desbaratar algo y ponerlo en otro lado?

No. Al fusionar dos ministerios, queda uno, como cada uno tenía cuatro asesores se van cuatro de ellos, se elimina una persona que maneja la comunicación. Calculamos que 1 600 puestos de actividades redundantes adjetivas se han eliminado.

¿Qué pasa con los empresarios? ¿Están dispuestos a sacrificarse para que la economía salga adelante?

La lógica económica de la empresa y el empresario es que todo el mundo gane. El consumidor debe tener plata para consumir...

¿Son conscientes de eso?

Totalmente. Yo conozco a todo el mundo empresarial. Lo conozco porque he sido parte de él...

Pero cuando se planteó que se iba a quitar parte del subsidio al diésel, algunos empresarios se opusieron porque decían que se iría su margen de ganancia.

Cada uno ve por sus intereses. Entonces, todo el mundo dice hay que hacer esto mientras no me toque lo mío. Pero al final, para eso está el Gobierno y el estadista. Para eso está un presidente serio como el presidente Moreno que no ve el interés particular de cada grupo de poder sino cuál es el interés general. En todas las economías exitosas el motor es el sector privado.

¿Estamos en un Gobierno de derecha o izquierda?

Yo lo definiría como nuevo progresismo. Desafortunadamente, la palabra progresista se la asoció mucho a la izquierda, pero realmente el progresismo tiene que ver con romper ataduras conservadoras para ir hacia horizontes más liberales. Diría que es una especie de progresismo pragmático, porque es un progresismo que ve la realidad como es, no ve la realidad como cree que debería ser.
 

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