Tuberías de OCP continúan expuestas


Las grandes rocas continúan cayendo en el área ya afectada, donde está el oleoducto de crudos pesados. Foto: Archivo / Vicente Costales / El Comercio


El intenso olor a petróleo y la gran mancha negra que dejó el derrame de crudo registrado el pasado 28 de enero del 2022 en el sector de Piedra Fina, en la provincia del Napo persisten en la zona tres días después de la tragedia.

Según el Ministerio del Ambiente (MAE), el área total de afectación es de 21 007,91 metros cuadrados (m²), de los cuales 16 913, 61 m² se encuentran dentro del Parque Nacional Cayambe Coca y el área restante (4 093,3 m²) está en la zona de amortiguamiento del área natural protegida.

El sitio en el que ocurrió el derrame es un terreno inestable, el material pétreo se desprende constantemente. La madrugada del lunes se registró un nuevo deslizamiento, las gigantescas rocas golpearon y dejaron huellas en las tuberías de la empresa Oleoducto de Crudos Pesados (OCP- Ecuador).

El bombeo de la empresa privada transportadora de petróleo está suspendido y por eso no se registró un nuevo desastre ambiental. Por el mismo lugar pasan las dos tuberías de Petroecuador: del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (Sote) y el Poliducto Shushufindi - Quito, que transporta combustibles. Estas tuberías están enterradas a varios metros. La tubería de OCP está expuesta.

En el sector de Piedra Fina se registra un proceso erosivo desde hace unos dos años. Según Carolina Bernal, de la Facultad de Geología de la Escuela Politécnica Nacional, el fenómeno natural está ligado al colapso de la cascada de San Rafael. Está ubicada en el límite entre Napo y Sucumbíos. Desde febrero del 2020 el fenómeno natural ha provocado la erosión regresiva del río Coca y afluentes.

El 7 de abril de ese año se registró la rotura de los tres oleoductos, unos kilómetros más abajo, en el sector del poblado de San Rafael. El derrame de crudo y el daño ambiental aún no han sido transparentados, según la Alianza por los Derechos Humanos de Ecuador. Un año después se continuaban haciendo trabajos de remediación.

José Hurtado, morador de la parroquia urbana de Lumbaquí,del cantón Gonzalo Pizarro (Sucumbíos), señaló que el desastre ambiental del 2020 y el actual han perjudicado notablemente a las comunidades de las riberas del Coca y otros ríos. Estos son usados como medio de vida, tanto para transportarse, como para el consumo de agua y la pesca que les provee de alimento. “A cada ecuatoriano nos afecta esta situación porque hay una contaminación muy grande a la biodiversidad, tanto a la flora como a la fauna”, agregó el hombre de 65 años. Además, dijo que la contaminación del actual derrame ha llegado a muchas comunidades como: El Madero, Sumbayacu, San Pedro del río Coca, Dashino, Panduyacu, Shiwakucha, Playas del río Coca, e incluso ha provocado daños en el Río Machacuyacu, entre otros.

Según la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (Confeniae), la contaminación ha llegado a unos 300 km de distancia de su origen, hasta el sitio conocido como Pompeya, una isla con una gran biodiversidad, ubicada en medio del río Napo, en la provincia de Orellana.

Este último martes 1 de febrero, un grupo de indígenas activistas se concentró en las afueras del evento denominado Encuentro Anual de Energía y Petróleo (Enaep). Este se desarrolló en Quito. Allí expresaron su rechazo a la extracción petrolera y criticaron al Gobierno por el manejo antitécnico dado al último vertido de crudo.

Los pueblos indígenas y nuestros territorios están siendo sacrificados”, aseveró la líder Nemo Andy. Ella denunció que el reciente derrame afecta a unas 60 000 personas que viven en la zona.

El lugar donde ocurrió el derrame que afecta al ambiente es habitado por varias especies endémicas como: cusumbo andino, venado chonta, gallos de la peña y varios anfibios, según el MAE.

El Ministerio señaló que en base de la información recogida desde el 28 de enero se determinó que hay una potencial afectación a la provisión de servicios ambientales y de riesgos a la salud. La contaminación se puede observar en el suelo, agua, aire, flora y fauna.

El Ministerio notificó a la empresa OCP y solicitó que haga una investigación detallada y de profundidad para dimensionar la magnitud de los impactos ambientales.

El Ministerio inició acciones legales y administrativas contra OCP, por afectación social y ambiental. Esto pueden derivar en multas y sanciones.

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