Los cuencanos Alejandro Pineda, Agustín Reinoso y Patricio Peña tienen algo en común. Los tres hacen de padre y madre ante sus hijos.
Pineda, de 63 años , tiene grabado en su memoria el 12 de marzo de 1993. Ese día decidió con su esposa, que ella viajara a trabajar en Nueva York, EE.UU. Desde entonces se quedó al cuidado de Geovanny (hoy de 37), Omar (36), Mónica (30) y Carlos (21).
Pineda aprendió a repartir su tiempo entre sus hijos y su labor de radiodifusor. La puntualidad fue clave para lograrlo. Geovanny, por unos segundos, se entristece al recordar a su madre. También recuerda que con una mirada su padre les reprendía.
Él se graduó de tecnólogo en mecánica industrial. Mónica es enfermera y Omar ingeniero en sistemas. Su último hijo, Carlos, cursa el cuarto año de ingeniería civil. “Con él aprendí a cocinar… y hacer con pasión las cosas”.
También se da tiempo para jugar con sus nietos Omar, Martín, Kevin, Paola y Renata. A sus nietas mayores, Gabriela (18 años) y María José (17) les gusta el café que prepara su abuelo.
Agustín Reinoso, de 31 años, está a cargo de su hijo desde hace cuatro años. Por su trabajo casi no tiene tiempo, pero se organiza para estar con Juan Agustín, de 7 años. Se divorció de su esposa, quien vive en el extranjero.
Para él no es difícil hacer las tareas del hogar o madrugar para enviar a su hijo a la escuela. Pero está convencido de que la presencia femenina es importante en el hogar. Juan Agustín abraza tiernamente a su padre y sonríe, mientras recuerda los partidos de fútbol que improvisan en el departamento o en el parque.
En las tardes, este niño es cuidado por Filomena Cordero, de 42 años. Ella, con admiración, dice que Reinoso es un padre ejemplar y bondadoso. “Brinda a su hijo espacios de armonía, confianza y llenos de amor”.
Una situación similar vive Patricio Peña, de 39 años, con su hija Cristina, de 10. Con la idea de mejorar la situación económica junto con su ex esposa viajaron a España. Allí nació su hija.
Tras estar radicados nueve años, su ex esposa y su hija regresaron. Su voz se resquebraja al contar que cuando él retornó, su ex pareja tenía otro compromiso.
Por eso desde en enero pasado Cristina vive con él. Ella dice estar contenta, porque “él me brinda confianza y es mi amigo”. Suelen ir de compras de ropa o bisutería.
Peña no tiene temor de hablar de sexualidad. “Ya hemos conversado de la menstruación que sin duda muy pronto le llegará”.