La obra comienza con la pareja de protagonistas caminando por separado entre el público, saludando, como si las personas sentadas en las mesas al aire libre fueran sus invitados a su fiesta de divorcio.
Hasta que caen en cuenta de que han escogido, por casualidad, el mismo lugar para ‘celebrar’ su separación.
El escenario se montó en la parte central de las escalinatas de ingreso al Teatro Sánchez Aguilar (TSA), con un piano de cola ubicado detrás, y un pianista, quien es el único que acompaña en vivo las canciones de despecho del musical ‘El amor es algo así’. La obra se presentó el miércoles 9 de junio del 2021.
En la explanada de acceso al teatro se ubican 35 pequeños grupos en mesas al aire libre, distanciados en sus ‘burbujas’, entre vinos o piqueos.
Mientras, Daniela y Gabriel (Ana Passeri y Fabo Doja) pelean, rememoran una historia sobre las fases del divorcio y entonan a dúo canciones de Yuri, José José, Pimpinela, Rocío Dúrcal…
El Sánchez Aguilar, ubicado en el sector de La Puntilla (Samborondón), usó los exteriores el año pasado para sus obras, pero luego del último confinamiento de mayo por el repunte de casos de covid-19 y del fin de la etapa lluviosa en la Costa, el espacio al aire libre le imprime un nuevo nivel de reactivación al centro cultural.
El Teatro Centro de Arte (TCA), en el norte de Guayaquil, también realizó la semana pasada un primer programa piloto a fin de utilizar el frente exterior de su edificio desde el próximo mes, igualmente como una estrategia para mejorar la afluencia de asistentes en tiempos de pandemia, respetando el distanciamiento.
“Todavía el público está un poco temeroso de ir a espacios cerrados”, reconoció Marcela del Río, presidenta de la Fundación Sociedad Femenina de Cultura, que regenta el TCA.
Gabriela Herrera y su hija Camila Freire reservaron una mesa y acudieron, con sus mascarillas, a una de las funciones del musical de los miércoles en el Sánchez Aguilar.
“Venimos en plan de chicas -dijo Herrera-. Estamos buscando un poco de normalidad, hacer algo que nos haga sentir un momento que estamos de regreso a la vida normal”.
Ramón Barranco, director artístico del Teatro Sánchez Aguilar, indicó que el centro cultural reabrió desde agosto pasado, aunque con intermitencia por las medidas restrictivas, confinamientos y los continuos cambios de aforo.
Un convenio firmado con el Municipio de Samborondón le permitió al TSA estabilizar su aforo en al menos un 30% en todas sus salas, desde el pasado 6 de mayo, el mínimo que requieren para presentar de forma sostenible los conciertos y las obras de teatro.
A cambio aplican protocolos de bioseguridad auditados por el Cabildo y con dos metros de distancia entre los grupos ubicados en sillas o mesas, sea en espacios cerrados o abiertos.
“La idea es explotar todas las posibilidades que nos permiten las circunstancias, existe más afluencia del público al aire libre y espacio abierto y eso se nota”, contó Barranco.
La sala principal del Sánchez Aguilar se mantiene cerrada. En una sala alternativa, con un aforo de 110 personas, se presentan las obras de teatro de jueves a domingo y en el exterior se tiene permitido recibir a 150 personas.
El teatro planificó un 30% de su programación habitual, debido a la pandemia.
En el Teatro Centro de Arte se programa -en cambio- un 20% de los eventos anuales, a pesar de que el aforo autorizado por el Municipio de Guayaquil es mayor: 50%. En la sala principal se pueden acomodar 435 personas y en la experimental, 120 personas.
Del Río, presidenta a cargo del TCA, sostuvo que “cuesta llenar aún ese 50% de aforo” y que sacar una parte de la programación al exterior abona a que “el público se sienta más tranquilo y seguro”.
Allí también se miden dos metros de distancia entre el respaldo de las sillas, con hasta cinco personas por cada mesa. El aforo permitido al aire libre es de 126 asistentes.
En principio, en las escalinatas exteriores del teatro se programarán conciertos por las fiestas de julio en Guayaquil, pero también habrá piezas de danza y teatro.
“El sector artístico cultural es de los más golpeados por la pandemia, hemos tenido que reinventar maneras de llegar al público y de presentar a los artistas”, comentó Del Río.
La producción de grandes espectáculos depende del avance de la vacunación, coinciden en los teatros, y de retomar la confianza del público para asistir a las grandes salas.