Un verso, un poema y una frase utilizan las parejas de enamorados para expresar sus sentimientos. La interrogante es saber cuál es la corriente del amor, a la que escriben los actuales poetas.
Según la poeta Ángeles Martínez, el amor está presente en cada verso, pero ya no como en la época Medieval o la del Romanticismo, porque los tiempos cambian. Por ello, utiliza un lenguaje actual para referirse al amor.
Martínez dice que las formas de enamoramiento cambiaron y en la actualidad se utilizan recursos como Internet, skype y chat, que pueden satanizar la gente, “pero que están siendo utilizados”. Esto hace que el poeta se actualice y cambie su forma de escribir.
La escritora dice que antes los poemas ponían como víctima a la mujer, lo que ha cambiado y pone como ejemplo su libro ‘Trozo de Vidrio’. En este escribe sobre la convivencia de pareja. Ahora, escribe sobre el amor y el erotismo.
Estos cambios, para la poeta cuencana, son un llamado a romper esquemas a reinventar los lenguajes y buscar nuevos proyectos para la poesía, para que estos versos sean leídos en diferentes espacios.
Otro de los poetas que también cambió su manera de escribir respecto al amor es Sebastián Lazo. Antes él únicamente hacía poesía para la mujer, ese sentimiento pasional. Ahora escribe para un amor más general.
Este cambio del poeta obedece a las nuevas lecturas que realizó y a sus predilecciones. Además, cree que el romanticismo varió porque está invadido por sistemas de multimedia, “no las comparto, pero existen y considero que la Internet, por ejemplo, sirve como medio de difusión”.
Para Lazo, es necesario abrir sensibilidades para plasmarlas en su poesía y que exista una conexión con el público. Dice que el poeta no solo modificó su manera de escribir sobre el amor sino la forma de llegar con sus versos.
En su caso utiliza paredes y muros donde plasma versos o poemas que le piden sus amigos. Uno de ellos está cerca del Hotel Crespo, en el centro de la ciudad.
Otro se encuentra en las inmediaciones de la Universidad del Azuay y es uno de los que más ha durado en la urbe. Su texto dice “Ya tu risa está donde antes el silencio”. Para él, es una manera diferente de llegar al público, pero respeta las edificaciones y “cumplo con el objetivo principal de compartir mi trabajo”.
El cuencano Paulo Sierra se sintió atraído por la poesía de Lazo. Tiene 26 años y reconoce que utilizó una pared cercana a la Universidad del Azuay para declararle su amor a una amiga.
Según el presidente de la Casa de la Cultura de Azuay y escritor, Carlos Váscones, los poetas de Cuenca tienen la particularidad de ser diferentes al resto de ciudades del Ecuador.
Este escritor asegura que los poetas cuencanos le escriben a sus sentimientos y al amor a diferencia de otros que están atados a corrientes como el romanticismo y el barroco.
Según Váscones, es un poeta amateur, que le escribe al no amor. En su teoría siempre hay una persona que se ama y quiere, que entrega todo el amor y otra persona que se niega a recibir.
Esas experiencias son las que escribe en sus libros. Para este escritor cuencano, el amor no es entendible, es una incógnita y eso trata de plasmarlos en sus textos que hablen del no amor. “No soy patético ni pesimista, solo escribo lo que vive ahora nuestra sociedad cuencana”.
Los espacios
El Festival de la Lira, que se desarrolla desde hace cuatro años, es un espacio para los poetas jóvenes. Esta cita se efectuó en noviembre pasado.
El Encuentro de Literatura Alfonso Carrasco, que se realiza cada dos años, es impulsado por la Facultad de Filosofía. Tiene espacios de debate, coloquios y charlas con poetas jóvenes.
Colegios como la Asunción y Cedfi impulsan la poesía y la vinculan con el estudio.