No todo termina con la entrega de una medicina. Ese último paso de la atención de salud es la suma de una serie de procesos que empieza con la visita a un consultorio. Ahí se emite una receta que luego será validada para confirmar que la medicina sea la indicada, en la dosis y frecuencia adecuadas.
Los químicos farmacéuticos de los hospitales hacen esa verificación y cada día detectan errores que se corrigen sobre la marcha. Ahora, con el plan de externalización de las farmacias, a estos profesionales les preocupa quién se encargará de esa tarea.
“Hay casos de doble receta con el mismo fármaco -cuando se acude a dos o más médicos en un mismo día-; algunas medicinas tienen nombres similares pero sus concentraciones son distintas. Incluso la combinación de dos medicamentos puede contrarrestar la eficacia farmacológica de uno de ellos y el paciente no tendría una evolución favorable”.
Esas son algunas de las alertas que da Jimmy Cano, presidente del Colegio de Químicos Farmacéuticos del Guayas. Los representantes del gremio en distintas provincias han intentado advertir esto al Ministerio de Salud Pública (MSP), pero -aseguran- no han tenido apertura.
“El problema es que en una farmacia comunitaria privada solo se encuentra el ‘dependiente’, que no tiene la formación profesional adecuada”, dice Marco Padilla, presidente del Colegio de Químicos, Bioquímicos y Farmacéuticos de Pichincha.
Hace una semana, el MSP abrió la convocatoria a las farmacias privadas y cadenas para que sean parte del nuevo modelo de dispensación de medicinas del servicio de consulta externa de la red pública. La idea es aliviar el desabastecimiento de los hospitales.
En esta semana, la ministra Ximena Garzón aseguró que la estrategia acabará con la sobredemanda o los faltantes en los inventarios, así como con las pérdidas por caducidad; y ofreció dar más detalles del plan en los próximos días.
“Las cadenas de farmacias particulares podrán adherirse a un proceso abierto y participativo que precautelará la calidad de los medicamentos. Les invitamos a ser parte de la solución definitiva”.
La validación
Aún no queda claro cómo será el control en la entrega y la calidad, cómo funcionará la receta electrónica y cuánto se invertirá. Días atrás, Garzón explicó que el sistema informático del MSP se anclará al de las farmacias para controlar la dispensación.
También se conoció que la validación se mantendrá en los hospitales. Édison Valle reitera que ese elemento es clave. “A diario hay malas prescripciones en los hospitales, por ejemplo, cuando por un resfriado común envían antibióticos. Esos cambios son alertados pero al externalizar, simplemente, entregarán la medicina”, dice el presidente del Colegio de Químicos Farmacéuticos de Tungurahua.
Y agrega que falta por definir qué pasará con los fármacos de uso delicado, como los psicotrópicos, o con las dosis pediátricas que son poco comunes en el mercado y que se ajustaban en los hospitales.
Para Carlos Espinoza, esta era la oportunidad para profesionalizar las farmacias. “Ecuador es uno de los pocos países donde no pertenecen a los farmacéuticos”, asegura el representante de los químicos farmacéuticos de Chimborazo.
Ahora, dice, se corre el riesgo de perder algunos procesos, el control posregistro cuando la medicina llega a las bodegas, como la farmacovigilancia, que permitía monitorear los efectos adversos y dar seguimiento de la efectividad de tratamientos contra la diabetes o la hipertensión, en los que se sugerían cambios de dosis o la incorporación de otros fármacos.
“La corrupción ocurre en la fase de adquisición de los medicamentos, en la que el farmacéutico no está inmiscuido -dice Espinoza-. Con este proceso nos perjudican y se pierde el camino ganado de la profesionalización”.
Richard Flores es el presidente de la Red de Profesionales por la Salud en Tungurahua e insiste en que se transparente el presupuesto del plan, para calcular si será sostenible en el tiempo, y si las farmacias particulares recibirán un monto extra por el servicio, valor que podría encarecer la propuesta.