María O. deberá esperar hasta julio próximo para entrar libremente a Otavalo, en Imbabura.
El Cabildo Kichwa de esa ciudad prohibió a la mujer ingresar a Otavalo durante seis meses. Ella es oriunda de Santo Domingo de los Tsáchilas, pero reside en Ibarra.
Esa fue parte de la sentencia que se le aplicó, tras una asamblea de juzgamiento por el presunto delito de robo.
Todo ocurrió el sábado último. Una comerciante del Mercado de Ponchos alertó a sus vecinos que la mujer, en compañía de otra señora y un niño, se habría llevado su cartera.
Los comerciantes detuvieron a María, mientras sus acompañantes escaparon. En la tarde, el Cabildo sentenció a la implicada, que reconoció la infracción. La Policía recuperó la cartera con parte del dinero en un restaurante en la comuna de Peguche.
En la tarde, la mujer recorrió el Mercado de Ponchos, con las manos atadas y en el cuello llevaba una rótulo con la palabra “shuwa” (ladrona, en quichua). En ese lugar, las mujeres del Cabildo la bañaron con agua fría y azotaron con ortiga, como parte de un ritual de purificación. Luego recibió dos latigazos.
Según Raúl Amaguaña, presidente de la organización, es la cuarta persona castigada mediante la justicia indígena desde que se formó el Cabildo Kichwa en la zona urbana de Otavalo, en octubre del 2012.
Recordó que esta práctica está amparada por la Constitución vigente del país.