Tras la denuncia sobre la existencia de una mancha en el mar de la playa El Murciélago, en Manta, el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica realizó las correspondientes inspecciones pues se presumía que se trataba de un derrame de combustible.
Al efectuar los respectivos controles, no se evidenció la presencia de este tipo de sustancia. Así lo confirmó la cartera de Estado en un comunicado.
Sobre la mancha en el agua, ubicada a 5,4 kilómetros de la orilla, el Ministerio dijo que es producida por una alta proliferación de microalgas en el mar, fenómeno natural conocido como ’marea roja’.
Sin embargo, autoridades y agrupaciones ambientalistas investigan el origen del olor a combustible que se percibió el domingo 6 de marzo en la playa. Ese día, según testigos y autoridades municipales, se sintió con fuerza dicho olor. Por lo tanto, la Alcaldía mantense prohibió el ingreso de personas al océano.
“Es indispensable que la ciudadanía no ingrese al mar, esto con el fin de evitar consecuencias en su salud. Las actividades comerciales, gastronómicas y deportivas están autorizadas”, señaló el Cabildo.
Maquinaria municipal retiró muestras de arena de cuatro puntos distintos de la playa El Murciélago, para analizarlas y determinar la posible presencia de hidrocarburos.
El gerente de la Autoridad Portuaria de Manta, Walther Villao, también efectuó un recorrido por los muelles internacionales y del Terminal Pesquero, para constatar que no exista contaminación en las áreas. “Tenemos activados los protocolos ambientales para el cuidado del puerto”, puntualizó el funcionario.
Peligros de la ‘marea roja’
Dominique Segura Estévez, de la Fundación Red de Agentes de Conservación y Sostenibilidad del Ecosistema (Racse), en entrevista con Televisión Manabita alertó sobre los riesgos de la denominada ‘marea roja’, que es producida por algas.
“Tiene efectos nocivos, no solo para las personas sino para otros organismos, como peces, crustáceos. Lo que hace este tipo de alga es generar una neurotoxina. Entonces los animales no pueden nadar bien y van a morir”, indicó Segura.
Según la experta, “lo más preocupante es que llegue a la primera milla, desde la costa hacia el mar, porque es una zona de reproducción, de crianza de muchos organismos. Si los afecta a estos animalitos, vamos a tener una disminución bastante significativa en las poblaciones”.