El acto violento se realizó a pocos metros de la Gobernación de Pastaza, en el Puyo. Un grupo de manifestantes aprehendieron a dos supuestos delincuentes y decidieron castigarlos con mano propia.
En el ajusticiamiento se indicó que los dos sospechosos habrían participado de saqueos a locales comerciales, el martes 21 de junio.
Las personas retenidas afirmaron pertenecer a la comunidad Kichwa; expresaron que formaban parte de esta nacionalidad y que estuvieron realizando guardia cerca del Municipio.
Sin embargo, indígenas de la comunidad no reconocieron a los sujetos, incluso, miembros de esa nacionalidad los acusaron de ser extranjeros.
Los dos sospechosos fueron desvestidos y se les aplicó un ritual que estaría enmarcado en la conocida ‘justicia indígena’.
Los manifestantes buscaron una mujer para que sea la encargada de reprender a los dos hombres. A los detenidos se les introdujo ají en los ojos mientras eran golpeados con un palo por un comunero. Posteriormente fueron liberados.
Aproximadamente a 100 metros de lo sucedido, ciudadanos de la ciudad que observaban el hecho, pedían que se les prendan fuego a los ciudadanos señalados como delincuentes. “Quémenles, hacen quedar mal”, gritaban las personas.
Representantes de las nacionalidades expresaron que esas personas manchan la lucha del pueblo indígena. Afirmaron que la Policía Nacional y Fuerzas Armadas deben hacerse cargo de los aprehendidos.
Sin embargo, en ese momento la presencia tanto de policías como militares era ausente.