Cuando el sol resplandece sobre las bananeras de Quevedo, las cuadrillas de trabajadores se alistan para su jornada diaria.
Su ropa está pintada por el pigmento del plátano y por eso se les conoce como los ‘jornaleros de la mancha’. Salen de sus casas a las 04:00 al redondel de la cooperativa de vivienda Venus, en el norte de Quevedo. Es el punto de encuentro de estos obreros de Los Ríos, de entre 18 y 60 años.
Visten una prenda inusual para el trópico, chompas, porque en esta época y a esa hora hace frío. Llevan mochilas con agua y algo de comida, y sus machetes afilados, su principal herramienta de trabajo en las bananeras.
A otros jornaleros los recogen en las esquinas de sus barrios. Pocos viven en las bananeras.
Varios camiones enormes los esperan. Son más de 100, incluidas pequeñas camionetas. Algunos suben a los cajones por una pequeña puerta lateral y mientras esperan la salida se acuestan en el piso del cajón. En cada camión están cerca de 50 obreros.
Los camiones se van llenando y empiezan el viaje. Poco a poco, el lugar queda desolado. Uno que otro trabajador atrasado se queda en este sitio y regresa a su hogar.
Un camión se dirige por la vía a Mocache, otro cantón de Los Ríos, pasa por una vía asfaltada y luego toma una carretera lastrada, rodeada de plantaciones de banano. Llega a la hacienda Santa Lucía, de 141 hectáreas. Su propietario es Marco Cortez, ex alcalde de Quevedo.
En esa zona aparecen otras plantaciones que pertenecen a los grupos Wong, Noboa, Chunquí, La Maná, Aprobaneq… Las plantaciones están en los cantones Babahoyo, Ventanas, Valencia, Buena Fe, Quinsaloma, Vinces y Montalvo.
El camión llega a las 06:00 hasta un comedor de la hacienda. Los jornaleros desayunan un seco de carne o de pollo y un refresco.
Simón Zamora está listo y empieza a caminar con sus compañeros a la plantación.
Zamora es un virador, es decir, quien corta el racimo con un podón. Robinson Correa, el recolector, recibe el racimo en su hombro. Lo entrega al garruchero, Carlos Mendoza. Él recibe 20 racimos en unos 30 minutos. Cuando completa esta cantidad, empuja el bloque por los rieles.
Como Zamora, Correa o Mendoza, cada jornalero que participa en la cosecha tiene su propia denominación: recolector, destallador, garruchero, desflorador, calificador, desmanador, saneador, pesador, etiquetador, fumigador, empacador y palletizador.
El trabajo no es fácil. “En lugares donde hay pequeñas colinas, uso una cuerda para halar las cabezas de banano”, dice Mendoza.
El turno es para los desfloradores. Florida Correa retira los restos de flor que quedan en la fruta.
El dinero que ganan sirve para mantener a sus hogares. “En algunos casos trabajamos con mi esposo y redondeamos un mensual de USD 340”, dice una de las desfloradoras, quien pidió la reserva de su nombre.
El banano sobre los rieles pasa por otras manos hasta que llega donde Carlos Sabarría, el desmanador. Corta cada mano de guineo y la echa a una tina grande. Los bananos flotan en el agua y son recogidos por los saneadores, pasadores y pesadores.
Los ‘jornaleros de la mancha’ laboran bajo la supervisión de Miguel Pinargote, un ingeniero agrónomo. “Mi padre tenía una finca y desde niño me gusta esto”.
Los trabajadores no reciben el mismo pago. Cada uno gana entre USD 6 y 8. Solo los jornaleros que laboran toda la semana están afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. No así en la sección de empaque, que son los jornaleros errantes de las haciendas. Los hacendados prefieren no responder por qué no los afilian.
En la hacienda Santa Lucía, el ajetreo es intenso. Según el Ministerio de Agricultura, Ecuador tiene 250 000 hectáreas de banano. El Instituto de Estadísticas y Censo indica que el país produjo 7,6 millones de toneladas de banano el año pasado se exportó a Europa y Estados Unidos. Los Ríos tuvo una participación del 49,03%, le siguen El Oro y Guayas.
Las etapas que se cumplen dentro de la cosecha y empacado en las plantaciones bananeras
1. El virador
Es la persona que corta el racimo de banano, utilizando un podón. Esta es una herramienta que tiene un largo mango de madera y, además, cuenta con una punta filuda de acero, que sirve para separar el racimo del tallo de la planta.
2. El recolector
Su tarea consiste en recoger la cabeza de banano y transportarla en su hombro hacia los rieles que trasladan la fruta. Para ello, el obrero se coloca una esponja, a la que se llama cuna, para que no se estropeen las manos de guineo.
3. El destallador
Se encarga de partir el tallo del banano. Se ayuda con un filudo machete. El objetivo de la actividad del obrero es que la planta se descomponga y sirva como alimento (abono) a los ‘hijuelos’ de la planta, el cual crece a su lado.
4. El garuchero
Es quien engancha el racimo con una cadena a una especie de rieles elevados y construidos entre los senderos de las haciendas. Recibe un lote de 20 racimos en 30 minutos. Luego los empuja para que se desplacen a otro lugar.
5. Las desfloradoras
Estas obreras deben retirar los restos de flor que están en el extremo inferior de cada fruto. También retiran unas protecciones que están entre un racimo y otros esto se hace antes de que la fruta llegue a las tinas de lavado.
6. El calificador
Su responsabilidad en las plantaciones es controlar que cada banano cumpla con las normas, como la longitud y el grosor, que son requeridos en el mercado internacional. Cada fruta debe tener un mínimo de ocho pulgadas de largo.
7. El desmanador
En el área de empaque trabajan los denominados desmanadores. Su labor consiste en retirar cada guineo del racimo. Estos obreros también se dedican a echar los frutos a la primera piscina de la bananera o ‘tina de saneo’.
8. El saneador
Los bananos flotan en el agua con desinfectantes y son recogidos por los saneadores. Ellos utilizan un cuchillo curvo para rebanar y dar forma a la corona de cada fruto. En pocos minutos, cada saneador regresa el fruto a la piscina.
9. El pasador y el pesador
El pasador tiene la tarea de pasar las manos de banano de una tina a otra para concluir con la etapa de lavado y desinfectado. Luego el pesador, con la ayuda de una balanza y una bandeja, pesa el producto antes de su empaque.
10. El etiquetador
La función de esta persona es colocar una etiqueta adhesiva o una calcomanía de la bananera en cada uno de los frutos que serán comercializados en el exterior. Por la práctica y la rapidez colocan las etiquetas sin mirar.
11. El fumigador
El obrero fumiga la corona del banano. El propósito es evitar que una parte de la fruta se pudra. Luego pasa al empacador, quien es el encargado de armar el cartón y colocar la funda plástica. Él pasa las cajas al aspirador.
12. El aspirador
Este obrero cuenta con una inmensa aspiradora que extrae el aire de la funda plástica que está dentro del cartón. Para cumplir con esta labor, con su experiencia y habilidad, envuelve un extremo de la funda en el tubo succionador.
13. El palletizador
Las tareas en la plantación culminan con las labores del palletizador. Esta persona se encarga de cerrar las cajas de banano, ubicarlas en bloques de 48 cajas y embarcarlas en el camión con la ayuda de un gato hidráulico.