El fondo de salud del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) está en crisis. Los aportes de afiliados no son suficientes para atender la demanda de salud de sus 3 672 237 afiliados activos y de 581 404 jubilados, con corte a diciembre de 2021.
Según el presupuesto de este 2022, los ingresos para salud serán de USD 1 614 millones, pero se necesitarán 2 177 millones. Es decir, que hay un déficit de 563 millones.
Hasta el año pasado, el déficit se cubría con los ahorros del seguro de salud, pero actualmente solo hay USD 82 millones en ese fondo, que se agotarían en tres meses, señaló la semana pasada Francisco Cepeda, presidente del Consejo Directivo de la institución.
El funcionario reiteró que es necesario que el Estado cubra la deuda que tiene con la institución desde hace más de 20 años. El monto de la deuda por salud asciende de USD 4 526 millones, según el IESS. El Estado ha reconocido el 7% de ese valor. En noviembre pasado, se supo que solo USD 317 millones cumplen con los criterios de validación y han sido aceptados por el Estado como deuda.
Ese monto corresponde al período 2013-2018, por prestaciones de salud a jubilados.
El ministro Finanzas, Simón Cueva, reiteró la semana pasada que continúan las mesas de trabajo con el IESS para revisar el monto de la deuda, especialmente la relacionada con el fondo de salud. “Por temas legales y reglamentarios, es necesario que haya auditorías de terceras partes, que permitan asegurarnos del monto exacto de la deuda, esos números tenemos que aclararlos, para poder reconocerlos y ponernos al día”, dijo.
Falta información
Para Patricia Borja, experta en temas de seguridad social, por más de 20 años los gobiernos de turno no han tenido la voluntad política para diseñar un sistema de seguridad social sostenible, pero también hay una falta de información actualizada que permita tomar decisiones adecuadas.
“Esta falta de información ha impedido contar con estudios actuariales actualizados, específicos”. Además, dice, se requiere que la información que esté en esos documentos sea fidedigna, porque son los cimientos para tomar decisiones”.
Esta información también serviría para que la sociedad conozca la situación real del Seguro Social y se genere confianza de que los recursos están siendo administrados de la mejor manera.
Los diagnósticos actuales del IESS, realizados por el Banco Mundial y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tienen como base información entregada por el Seguro Social, que “lamentablemente” está desactualizada.
El estudio actuarial más reciente tiene corte al 31 de diciembre de 2018, recordó Borja.
Para solventar la falta de información, la Asamblea Nacional aprobó la semana pasada una reforma a la Ley de Seguro Social, para promover la transparencia en el IESS y en las entidades de su propiedad, específicamente del Banco del Afiliado (Biess).
En la norma se establece que al principio de cada año, el IESS entregue estudios actuariales, balances económicos, entre otros informes.
Henry Llanes, presidente de los jubilados de Pichincha, señaló que la reforma es un avance, pero que no es suficiente, ya que la Ley de Seguridad Social sí establece mecanismos de transparencia, “pero no se cumplen”, dijo.
Borja agregó que faltan controles internos y externos y una adecuada gestión institucional al interior del IESS. Pero resaltó la disposición primera de la norma, en la cual se establece que la información que entregue deberá tener una explicación o guía para la debida comprensión de la ciudadanía, es decir, debe ser didáctica.
La ley aprobada por el Pleno de la Asamblea fue enviada al Ejecutivo para su sanción o veto.