¿Por qué Guayaquil seguirá en semáforo amarillo?

En la calle F, al sur de Guayaquil, vendedores informales instalan puestos, sin control. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.

Guayaquil cumplirá este jueves 20 de agosto tres meses en semáforo amarillo. En ese lapso el cantón sumó la cuarta parte (25,7%) de los casos de covid-19 reportados desde el inicio de la emergencia (ver gráfico).
Se trata de una fase condicionada por las autoridades locales ante la distención de la población, con los grandes parques y espacios públicos cerrados, y las reuniones sociales prohibidas por ordenanza -y castigadas con multa- ante el temor de rebrotes.
El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal prevé continuar en amarillo hasta fin de año, como ratificó su presidente ocasional, Gustavo Zúñiga. Según indicó, un paso a verde tendría que estar condicionado por una liberación de la capacidad hospitalaria de la ciudad, que se prevé seguirá presionada por el traslado de pacientes de otras provincias.
Por cada 10 000 personas que el Cabildo atiende con pruebas de diagnóstico, 12,3 dan positivo a covid-19. “Es una tasa baja pero hay que luchar por mantenerla, porque es una ciudad que tiene mucho intercambio comercial y traslados de una y otra región del país”, agregó Zúñiga.
Previo a la pandemia la ciudad recibía a diario 350 000 personas de otros cantones y provincias. Ahora ingresan y salen entre 80 000 y 120 000, según el COE cantonal, cifras que elevan las precauciones.
Guayaquil pasó a semáforo amarillo el 20 de mayo. En junio se presentaron 236 nuevos contagios, en julio subió a 1 975 y en lo que va de agosto son 535, como registra el Ministerio de Salud Pública (MSP).
“La ciudadanía se distendió un poco y esto causó un alza. Tuvimos que aplicar medidas de contención inmediata”, dijo Zúñiga. Esas medidas incluyeron la prohibición de reuniones y operativos de control de aglomeraciones.
Los grandes parques de la ciudad han permanecido cerrados ante la “falta de herramientas para aplicar vigilancia”, indica el COE cantonal y por la imposibilidad de asegurar el distanciamiento. A nivel nacional se habilitó la reapertura de parques desde julio en semáforo amarillo, Guayaquil prevé reabrirlos en septiembre.
En los alrededores del Parque Samanes, al norte, se citan todos los días decenas de personas. Mientras que las aglomeraciones aumentan en zonas populares. Calles del Barrio Cuba, al sur, se han convertido en una extensión del mercado Caraguay, con decenas de personas amontonadas, sin usar mascarillas.
El epidemiólogo Federico Cabrera opina que las medidas deben ser informativas y educativas. Él ve “incoherencias” en el manejo del semáforo amarillo, pues combina restricciones con una falta de control. “En amarillo parece que Guayaquil estuviera en verde, por ejemplo, en circulación vehicular; tengo meses sin ver controles”, dice.
Aunque las condiciones para evitar la transmisión “no se cumplen a rajatabla”, el epidemiólogo asegura que se logró una caída de la tasa de ataque del coronavirus, en parte por “un menor número de huéspedes susceptibles o personas que aún no han enfermado”, en relación a los primeros dos meses de la pandemia. “La cantidad de fallecidos entre contagiados de Guayaquil es casi nula y los hospitales están llenos, en su mayoría, por pacientes de otras provincias”.




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