La emergencia se mantiene para las provincias de Cotopaxi, Chimborazo y Tungurahua.
La medida fue decretada en febrero pasado por el presidente Rafael Correa, quien ratificó la medida el martes en su visita a Tungurahua. La afectación provocada por la sequía y la emanación de ceniza del volcán Tungurahua motivaron a esta resolución.
Esta ratificación se anunció la noche del martes durante la reunión del Comité de Operaciones de Emergencia (COE). La cita se realizó en el colegio baneño Óscar Efrén Reyes.
En la reunión, que duró de 21:00 a 23:00, participaron los alcaldes de Tungurahua.
Los burgomaestres expusieron sus planes de contingencia para hacer frente a la erupción del coloso.
Además, presentaron los proyectos que realizan para combatir las afectaciones, especialmente en la producción agrícola, ganadera y servicios básicos.
También, los técnicos del Instituto Geofísico y de la Secretaría de Riesgos de Tungurahua expusieron algunos detalles técnicos desde que empezó el proceso eruptivo desde 1999.
Hugo Pineda, alcalde de Baños, indicó que con la ratificación del estado de excepción, los municipios de las tres provincias obtendrán USD 17 millones. Los cabildos deberán entregar los estudios finales de los proyectos, que ya fueron presentados a los ministerios para que se realice el desembolso.
La mayor parte de los planes tiene que ver con el mejoramiento de las vías de evacuación. También, sobre los reservorios y la tecnificación de riesgos.
Manuel Caizabanda, alcalde de Pelileo, dijo que solicitaron al presidente Correa la construcción de las segundas etapas de los reasentamientos para las familias afectadas.
“Ahora tenemos el 95% de familias con sus viviendas nuevas en lugares seguros. El restante es de hogares recién formados o de quienes no tomaron una casa en los proyectos anteriores”. Esto estará a cargo del Ministerio de Desarrollo y Vivienda (Miduvi).
Días atrás, Fausto Chunata, alcalde de Penipe (Chimborazo), solicitó que se rehabilitara la carretera Baños-Penipe, considerada de vital importancia para el comercio y el turismo entre Chimborazo, Tungurahua y la Amazonía.
Su rehabilitación, señaló Chunata, costará USD 3 millones y su destrucción ocurrió entre 1999 y el 2006.