Casi de manera simultánea, las mujeres del barrio El Arenal salen de sus viviendas respondiendo a un llamado de Cecilia Verduga.
Ella lidera la Brigada de Comunicación del Comité de Prevención de Riesgos en este barrio de Esmeraldas, uno de los más propensos a sufrir un desastre, como un tsunami, por su cercanía al río Esmeraldas.Es miércoles y es hora de una reunión en el patio de Verduga, como de costumbre. “Vamos a demostrar lo que hemos aprendido durante estos ochos meses, para protegernos como barrio del impacto que nos podría causar un tsunami”, dice Verduga a las 30 mujeres que llegaron.
Sindy Medina, de 20 años, dice que durante una emergencia lo más importante es tener calma y mantenerse unidos. “Hay que procurar unir primero a la familia y tomar un kit de evacuación (una botella de agua, una linterna, un radio, atunes, velas y fósforos) para dirigirse a la zona segura”.
Recuerda que hay rutas de evacuación señalizadas. “Son las de colores blanco y verde, hay que leerlas y guiarse con ellas para llegar a un sitio seguro”. Para ellos el sitio seguro es la Catedral Cristo Rey, que está a 900 metros.
Diana García, de 19 años, quien lidera la Brigada de primeros auxilios, habla de algo primordial en una evacuación. “Tenemos que ayudar a evacuar primero a los niños, a los ancianos y a las personas con discapacidad”.
Cecilia Verduga dice: “Recuerden que un sismo fuerte puede ser el aviso de que vendrá un tsunami y en ese caso tenemos que comenzar a evacuar, aun si la alarma no se haya activado”.
Ella es una estudiante universitaria de 34 años.
Desde noviembre del 2009, los moradores de El Arenal tienen como prioridad aprender técnicas de comunicación, de primeros auxilios, de rescate y evacuación; todas relacionadas con desastres naturales. En ese mes, los técnicos en manejo de desastres informaron que de ocurrir un tsunami serían los más afectados por los daños que este causaría, principalmente una inundación.
Así lo señala el mapa de riesgos de la ciudad y los estudios que en conjunto han realizado el Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) y la Defensa Civil.
Cuando los vecinos de El Arenal aceptaron recibir capacitación fueron incluidos en el proyecto de Preparación comunitaria en poblaciones vulnerables a desastres naturales, de la organización internacional Intermon Oxfam. Este plan fue ejecutado en Esmeraldas por el Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (FEPP). También se preparó a los barrios 3 de Octubre y Bellavista Norte y a la parroquia Anchayacu, del cantón Eloy Alfaro.
El Arenal fue el barrio modelo de este proyecto, que fue clausurado el viernes último.
En El Arenal, las mujeres lideran el proceso porque permanecen más tiempo en casa que sus esposos y están al frente del cuidado de sus familias. Ellos, por ser pescadores, salen a sus faenas de hasta tres días.
Las mujeres dejaban las tareas domésticas, cerraban sus pequeños negocios de venta de bebidas, bisuterías o víveres para capacitarse junto con sus hijos menores de edad. Fue una actividad nueva para ellas. Era la primera vez que se organizaban en este barrio, donde las familias sobreviven con un promedio de USD 10 diarios.
Las viviendas construidas con bloque se levantan a pocos metros de las turbias aguas del río Esmeraldas. En cada casa habitan hasta tres y cuatro familias, algunas de hasta siete integrantes.
Un censo que realizaron las mismas mujeres determinó que habitan 300 familias en este barrio, que es parte de la ribera de Esmeraldas.
En la última reunión que tuvieron recordaron lo aprendido y lo que tienen que poner en práctica en un simulacro que se hará a finales de este mes, para medir la capacidad de respuesta frente a un tsunami.
“Rescato la participación de muchas mujeres y niños de El Arenal, un lugar donde es casi nula la intervención del Estado y donde hay más riesgos que recursos”, dice Mario Calderón, representante del proyecto de Preparación de las comunidades vulnerables a desastres.
Calderón agrega que hay buena voluntad para trabajar y se ve que hay buenos resultados.
Dos sirenas para las alertas
La segunda semana de julio se instalaron dos sirenas en la ciudad de Esmeradas, que servirán para alertar a la población en caso de la presencia de un tsunami.
Una está en el barrio El Panecillo (parte alta del balneario Las Palmas) y la otra está sobre el edificio del Consejo Provincial, en las calles 10 de Agosto y Bolívar (centro de la ciudad).
Los equipos tienen una cobertura para 100 000 personas y alertarán a los pobladores de los barrios de la ribera del río Esmeraldas, de Las Palmas y de La Propicia 1 y 2, consideradas zonas inundables por el Comité de Operaciones Emergentes.
Las sirenas serán manejadas por la Armada. El Comando de Operaciones Norte es el único autorizado para activarlas en caso de que se presente un desastre natural. Tienen un dispositivo de voz que permitirá a las autoridades dar instrucciones a la población y tienen un panel solar para abastecerse de energía. Fueron donadas por la organización Intermon Oxfam.
“Si la gente sabe qué hacer apenas se active una alarma, muchas vidas se pueden salvar en un tsunami”, dijo Christa von Hillerbrandt, de National Oceanic and Atmospheric Administration.
Ella fue una de las panelistas que participó en un taller sobre fortalecimiento de estrategias de coordinación ante tsunamis, que se dictó en Esmeraldas para preparar a los esmeraldeños.
“La población debe exigir capacitación permanente sobre el tema de desastres naturales para que su preparación sea parte de la cultura local. Debe ser parte del pénsum de las escuelas y colegios”, dijo Von Hillerbrandt.