Las actividades extremas en Baños se encuentran bajo supervisión

El canopy es una de las actividades extremas que más realizan los turistas en Baños. Foto: Miguel Castillo

El canopy es una de las actividades extremas que más realizan los turistas en Baños. Foto: Miguel Castillo

Con curiosidad, Roberto Tello llegó a Baños de Agua Santa para hacer canopy. Esta actividad extrema, que consiste en desplazarse pendiendo de cables, es parte de 12 actividades extremas que en este cantón se practican a diario.

Esta semana, tras la muerte de la estadounidense Julia Musailova en Mindo (Pichincha), cuando practicaba canopy, motivó a las autoridades de Baños a alistar un plan de controles para estos días.

Tello salió temprano de Latacunga. A las 10:20 del martes pasado arribó con su esposa Yulisa Benítez, y su cuñada María José al sector San Martín, situado a 10 minutos de Baños (Tungurahua).

A ese lugar se llega por una vía estrecha y asfaltada. Desde el puente del mismo nombre se observa la cascada Inés María y elevados muros de roca volcánica.

Los lugareños utilizan esas paredes para practicar la escalada que se alterna con rafting, kayaking, canyoning, salto de puentes, caminatas ecológicas, ciclismo, camping, entre otros.

En uno de los miradores del lugar funciona el servicio turístico Canopy-Tarabita San Martín. Su propietario, Juan Carlos Bonilla, trabaja cada semana con un promedio de 50 visitantes. En Baños funcionan 70 operadoras y negocios turísticos de este tipo, según Enrique Mayorga, director de Turismo del Cabildo. Todos están regulados con base en una ordenanza vigente desde el 2007.

Tello expuso a Bonilla su idea de cruzar los 280 metros lineales del encañonado primero en tarabita y luego mediante canopy. Se pusieron de acuerdo y empezó la aventura. Dentro de una canasta metálica verde, Bonilla y los tres turistas sobrevolaron el río Pastaza a más de 90 metros de altura.

En el otro lado, Bonilla dedicó 10 minutos a explicarles lo que podían y no podían hacer. Después, las dos mujeres cruzaron por el aire, sujetas por correas y arneses a un cable de acero. “Teníamos miedo y desconfianza. Pero las explicaciones y el buen estado de los equipos nos animaron a realizar canopy”, comentó Tello.

Desde hace cinco años, además de la ordenanza, se formó un Comité Técnico de Apoyo formado por la Policía, Bomberos y guías profesionales. “El Comité califica equipos, instalaciones e infraestructura que utilizan estos negocios.

Los controles se hacen cada mes y antes de los feriados. Las operadoras turísticas son las únicas calificadas para ofrecer estos servicios. Hay 8 tarabitas reguladas y 9 canopys en Ulba, Río Verde y Río Negro”, dijo Mayorga.

A un costado de la carretera Baños-Puyo (vía a Runtún), se abrió en el 2010 Puntzán Canopy, una empresa familiar que ofrece un circuito de seis líneas (cables) con un largo total de 2 000 metros.

Según Darwin Palacios, uno de los propietarios, los equipos que se emplean en esta y otras actividades no deben superar los cinco años de uso. “Esto garantiza la seguridad de los visitantes y además en Baños sí nos controlan”.

Punto de vista
Jorge Núñez / experto en seguridad

‘Los turistas deben exigir absoluta seguridad’

Los turistas deben exigir que el equipamiento se encuentre en buen estado antes de realizar cualquier deporte de aventura. Incluso, pueden solicitar a los operadores la autorización anual de funcionamiento otorgada por el Municipio. Estos negocios deben renovar totalmente el equipamiento cada cinco años.

Es lo recomendable. También es importante que los visitantes pidan instrucciones técnicas antes de iniciar la aventura sobre lo que pueden y no pueden hacer.

Esas recomendaciones deben provenir de personas capacitadas profesionalmente y que durante sus exposiciones no duden o den a notar inseguridad en sus conocimientos.

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