Los deslizamientos de tierra no paran en Manabí. Según Roque Mendoza, director de Gestión de Riesgo en la provincia, las razones son la deforestación y la tala de bosques.
Lo grave de estos deslizamientos es que suceden en las zonas densamente pobladas. Ese el caso de Manta, Portoviejo, Bahía de Caráquez, Montecristi, entre otros cantones.
En Manta, un bloque de cuatro torres de departamentos, ubicados en Loma de los Vientos, detrás de la terminal terrestre, está en peligro.
La tierra se empezó a mover desde hace cinco años. Los vecinos del lugar solicitaron ayuda a las autoridades locales.
El Cabildo intervino y logró controlar el resquebrajamiento del talud. Para evitar filtraciones también cambió las redes de agua potable y alcantarillado.
“En el momento, la situación está controlada”, comentó Carlos Arévalo, jefe del departamento de Obras Públicas del Municipio mantense.
En el cantón Sucre, el mayor problema se presenta en la parroquia Charapotó. Los 25 000 habitantes viven en una zona de riesgo. El cerro Centinela se cuartea durante todo el año.
“Cuando llegan las lluvias la situación es peligrosa”, acota Mendoza. Se han construido muros de gaviones en varios sectores al pie del cerro.
En San Vicente, los barrios 11 de Diciembre y San Felipe son vulnerables. Luis Erazo, del Cuerpo de Bomberos de la localidad, comenta que un tramo de 3 kilómetros de la vía San Vicente-La Margarita fue modificado para evitar daños debido a una falla geológica que existe en la zona. 60 familias del sector esperan ser reubicadas.
En Portoviejo, en cinco colinas del cantón se focalizan los sitios vulnerables. Ahí están la Universidad Técnica de Manabí y el colegio Cristo Rey.
También hay problemas en Jama, Pedernales, Rocafuerte, Jaramijó, Montecristi, Jipijapa, Olmedo, Paján, 24 de Mayo, Santa Ana, Pichincha, Junín, Tosagua, Chone, El Carmen y Bolívar.