La parroquia Nuevo Paraíso está ubicada en la zona del Alto Nangaritza. La mayoría de la población es shuar y no tiene fuentes de empleo. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
La minería artesanal e ilegal prolifera en la parroquia Nuevo Paraíso, ubicada en el Alto Nangaritza, en Zamora Chinchipe. Desde la zona alta se observa a los mineros que laboran con retroexcavadoras en el río Nangaritza.
Este sector es habitado, principalmente, por shuar. Según el gobernador de Zamora Chinchipe, Franco Salinas, tienen la concesión otorgada por el Ministerio de Minería, “pero no pueden operar porque están tramitando el permiso”.
La concesión pertenece a la Asociación de Producción Kakaram, que está integrada por 17 socios de 10 comunidades shuar de Nuevo Paraíso. Cuenta con un total de 291 hectáreas y cada asociado tiene una parte para la extracción.
Pero los indígenas no se dedican a la actividad, solo prestan sus terrenos a mineros que llegan desde Yantzaza, El Pangui, Loja, Ponce Enríquez, Sígsig, Zaruma y otras ciudades. Estos últimos invierten en maquinaria y contratan obreros, contó un minero, quien prefirió la reserva de su nombre.
La quema de maquinaria desencadenó los enfrentamientos por el control minero. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
Los shuar reciben entre el 15% y 25% de las ganancias por la venta del material extraído y beneficios ocasionales como insumos para cultivos o apoyo para fiestas, contó el socio de Kakaram, Francisco Kukush. En el mejor de los casos reciben USD 150 al mes.
En la propiedad de Kukush, en el pueblo de Mariposas, se registró hace una semana un enfrentamiento por controles a la minería. Allí, desde hace tres meses, laboraba un minero de Yantzaza, con una retroexcavadora y cinco obreros.
El 5 de este mes, en un operativo del Ministerio de Minería, la máquina estaba en el río. Ante la presencia de la fuerza pública, el conductor la llevó al bosque, donde fue incendiada. Luego, 22 funcionarios públicos fueron retenidos y después liberados, tras un acuerdo.
El gobernador Salinas dijo que estos hechos son investigados por la Fiscalía para identificar a los responsables. Agregó que los controles a la minería ilegal seguirán en el Alto Nangaritza. Según él, en este momento, se actualiza el catastro minero de esa región.
Wellington Agreda, coordinador de Ministerio de Minería, informó que analizan la información para determinar quiénes tienen la documentación en regla. En la provincia se otorgaron 150 concesiones de pequeña minería y 859 permisos de minería artesanal.
En los 10 poblados shuar del Alto Nangaritza hay menos de 100 viviendas de madera y más de 30 retroexcavadoras trabajando en el río Nangaritza o estacionadas. Solo tienen energía eléctrica y carecen de otros servicios.
Los shuar viven de la ganadería y siembra de yuca y plátano para el autoconsumo. “No hay fuentes de empleo. Los jóvenes no terminan de estudiar y no podemos evitar que las familias se involucren en la minería”,aseguró el profesor de la comunidad de Mariposas, Luis Gualán.
El shuar Antonio Sanimba vive en Shaime, que es un poblado cercano donde también se realizaron operativos de control minero este año. “La gente busca trabajar”.
Cada minero emplea siete personas entre operadores de máquinas y cargadores. Los obreros son de la zona y los maquinistas, de otras ciudades. Las mujeres nativas se ubican junto a las improvisadas clasificadoras para lavar de forma manual el material sacado del río. “Es una ayuda”, contó la shuar Rosa Chuinda.
Ella y otrosindígenas como José Nantich no dimensionan el impacto ambiental en esta zona, que es una de las más biodiversas del sur del país. Es la zona más alta de la Amazonía que estaba inalterada, según un estudio de la Prefectura de Zamora Chinchipe, que identificó 11 ecosistemas de bosques.