Imagen referencial. Las denuncias formales de robos y asaltos formales han caído debido a la pandemia de covid-19, pero los casos se reportan en redes sociales, chats comunitarios y a través del ECU-911. Foto: pikrepo.
Las restricciones de movilidad, la posibilidad de contagio de covid-19 y el cierre inicial de las oficinas fiscales impidieron que todas las víctimas de delitos denuncien los hechos formalmente.
Eso se refleja en la caída de las estadísticas oficiales. Seis de los siete indicadores de seguridad señalan que, aparentemente, los robos de personas, de autos, de motos, de locales comerciales, de domicilios y de accesorios de vehículos han bajado hasta en un 37%.
La Policía sabe que la realidad no es así. Fausto Salinas, director general de Seguridad Ciudadana de la Policía, señala que actualmente la institución toma en cuenta tres canales de denuncia ciudadana que durante la pandemia han sido más utilizados por la gente.
El primero es la línea de emergencia ECU-911 La Policía analiza las llamadas de atenciones por seguridad ciudadana que se solicitan a través de ese canal.
Un ejemplo: desde enero hasta el 27 de octubre del 2020, al ECU-911 han ingresado 58 285 denuncias únicamente por robos ocurridos en el país. En promedio, cada día se informa a los operadores telefónicos 276 hurtos o robos con violencia.
“Estamos mejorando la capacidad de análisis de las denuncias. Mantenemos las estadísticas de la Fiscalía, pero no nos basamos solo en eso. También vemos las que salen del ECU-911, de los auxilios atendidos. Además, levantamos información en las redes sociales y sacamos los datos de chats comunitarios”. Estos dos últimos canales son la segunda y tercera forma de denuncia.
Sobre las redes sociales, Salinas indica que existe un grupo denominado Patrullaje Cibernético. Se encarga de revisar Facebook, Twitter e Instagram.
Cada distrito policial, de cada ciudad, tiene una o más personas que hacen ese trabajo. En Quito, por ejemplo, hay nueve distritos policiales, según los sectores geográficos.
Cada patrullero cibernético se encarga de recopilar datos de posibles delitos que suceden en su jurisdicción. Luego se hace un informe de Inteligencia o un informe de Apreciación de Seguridad.
“Estas alertas se suben a un chat en donde todos los jefes de unidades indican quien debe tomar el procedimiento”, dice Salinas.
Una de las denuncias que se receptó por redes sociales fue el robo que sufrió el ciclista de élite Isaac Yaguaro.
El joven de nacionalidad venezolana publicó en Facebook su historia. Contaba cómo cinco personas le arrebataron de forma violenta su bicicleta, cuando entrenaba en el parque de Chilibulo, en mayo pasado.
El caso fue conocido por la sección de Patrullaje Cibernético y por esta misma vía virtual, una agente se contactó con la víctima, cuenta Salinas.
El tercer canal es el chat comunitario. Actualmente cada uno de los barrios en las ciudades del país cuenta con un chat de WhatsApp, que está conformado por policías de servicio urbano y moradores.
En ese espacio se avisa sobre robos, problemas con libadores, riñas, fiestas y también situaciones como violencia dentro de la familia.
“Incluso se han denunciado cuando las personas no tienen qué comer, sobre todo adultos mayores”, dice el policía Rober Ushca, del barrio Miraflores.
En el caso de robos, los agentes elaboran partes policiales una vez que han contactado a la víctima y han confirmado que el hecho ocurrió.
Todas las estadísticas pasan a un grupo expertos, quienes deben elaborar un informe sobre los niveles de inseguridad en el país.