Buenos Aires. DPA
Habrá pampas, Andes y terrenos rocosos, pero el Rally Dakar 2010, que por segundo año seguido se disputará en Argentina y Chile, tendrá más dunas y más desierto en búsqueda de la tradicional postal de arena con la que la carrera ganó su fama en África.
El plato fuerte de la competencia, que se iniciará el 1 de enero, será el desierto de Atacama, en Chile. Mientras que las etapas que cruzarán Argentina, primero de este a oeste y luego viceversa, serán definitorias para las posiciones en la tabla y luego ya para la supervivencia y la coronación.
“Vamos a estar mucho tiempo en el desierto de Atacama. Creemos haber logrado una buena recomposición de desafíos en terrenos desérticos, rocosos, montañosos y planicies para ofrecer un nivel deportivo de altísima calidad”, anticipó el director del rally, Etienne Lavigne.
Serán más de 9 000 kilómetros, con unos 4 810 kilómetros de especiales que recorrerán las 161 motos, 28 cuatriciclos, 141 automóviles y 53 camiones inscriptos en la competencia, más los 221 vehículos de asistencia.
La Patagonia quedará esta vez afuera de competencia, luego de las quejas de los pilotos por los extensos trayectos de enlace en las mesetas del sur argentino, que los obligó a conducir durante largas horas con las dificultades que presentaba el suelo pedregoso.
El Rally Dakar, exiliado por segundo año consecutivo de su escenario natural, África, es sinónimo de desierto y arena y hacia allí se dirigirá en esta oportunidad.
“Es bueno que haya más desierto y que se corra en terrenos abiertos. Será un Dakar parecido al de África, con etapas duras, controles de horarios al final de cada tramo y con muchas horas de conducción por la aridez de la ruta”, señaló el piltoto argentino Orly Terranova