Carlos Rojas, Corresponsal en Bogotá
Colombia es ya un país libre de fiebre aftosa y para mantener esa condición será primordial que en sus fronteras no circule, de manera informal, ganado enfermo.
Bajo esa premisa, el presidente colombiano Álvaro Uribe planteó días atrás toda la disposición de su Gobierno para colaborar y asesorar a Ecuador y a Venezuela. El fin es combatir esa enfermedad pecuaria.
Según Mario Lombana, del Ministerio de Agricultura de Colombia, el anuncio de Uribe, más que contener un plan de acción bien definido, es un primer paso y una invitación a sus vecinos. “Ni Ecuador ni Venezuela han manifestado oficialmente a Colombia este nivel de asesoría”.
El pasado 28 de mayo, en el marco de la 77ª Asamblea General de la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE), reunida en París, se extendió a Colombia la certificación internacional que lo declara país libre de la fiebre aftosa.
Con ello, los ganaderos colombianos tienen la posibilidad de exportar sus productos a un potencial mercado de 120 países.
Según fuentes del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), las 26,7 millones de cabezas de ganado existentes en el país están libres de este mal.
“Dentro de la experiencia que como Colombia podemos compartir con Ecuador y Venezuela, lo más importante es rescatar el nivel de cooperación y trabajo mancomunado”, dijo Lombana.
En su opinión, el éxito está en emprender jornadas exitosas de vacunación, seguimiento y vigilancia permanentes. De acuerdo con los datos que maneja el ICA, la erradicación ha costado unos USD 250 millones.
La fiebre aftosa llegó a Colombia hace más de 50 años. En 1974, Estados Unidos asesoró en el combate y en 1997 se creó el Plan Nacional de Erradicación. Esto último, luego de que la enfermedad fuera declarada como de interés social. En estos años, el combate fue contundente.