Centro Democrático utilizó primarias cerradas para la elección legislativa 2017. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Pese a los anuncios de candidaturas a alcaldías y prefecturas con miras a los comicios seccionales de marzo del 2019, oficialmente nada está dicho.
Los políticos que empiezan a hacer recorridos de campaña todavía son únicamente precandidatos. Su postulación será definitiva luego de las elecciones primarias de cada partido y movimiento. Ese es un requisito inevitable, según el Código de la Democracia vigente.
El artículo 94 establece que “los candidatos deberán ser seleccionados mediante elecciones primarias o procesos democráticos electorales internos”. Y en el artículo 105, en cambio, se indica que el Consejo Nacional Electoral (CNE) solo podrá negar la inscripción de una candidatura por tres casos, uno de estos es que no provengan de comicios primarios.
La ley electoral establece tres caminos para elegir candidatos: elecciones abiertas, cerradas y representativas. Todas las organizaciones políticas deben optar por uno de ellos. El primero permite participar a todos los ecuatorianos habilitados para votar. El segundo, solamente a los afiliados o adherentes. Y el tercero, solo a las delegaciones y representantes designados.
El Consejo Electoral debe certificar las elecciones. Las agrupaciones pueden pedir acompañamiento solo el día de las votaciones, o apoyo durante todo el proceso. En este último caso, deben solicitarlo con 30 días de antelación.
La inscripción de candidaturas para las seccionales será hasta el próximo 21 de diciembre. Pese a los múltiples anuncios de candidaturas que ya se han dado y a cuatro meses de que se cumpla ese plazo, hasta ayer ninguna organización solicitó acompañamiento.
Diana Atamaint, actual integrante del CNE transitorio, advierte que las candidaturas que sean designadas sin un proceso previo no serán inscritas para participar en los comicios. Recordó que la entidad está abierta, según manda la ley, para acompañar y corroborar el cumplimiento del mandato sobre las primarias.
La autoridad electoral deberá enviar dos técnicos para que certifiquen la realización de los procesos. Dependiendo del territorio, colaborarán también las delegaciones provinciales electorales.
Estos procesos deben ser financiados por los partidos y movimientos, incluso pueden sacar esos recursos del fondo partidario permanente. Lo único que entrega el CNE es el padrón de los electores, en el caso de las elecciones abiertas.
Los anuncios más sonados, hasta ahora, sobre precandidaturas se han hecho en Quito y Guayaquil. En esta segunda ciudad, por ejemplo, se hicieron actos públicos para presentar las postulaciones de Cynthia Viteri, por el Partido Social Cristiano (PSC); y Jimmy Jairala, por Centro Democrático (CD); para la buscar la Alcaldía el próximo año.
El PSC explicó que en ese evento político, simplemente, se presentó a Viteri como precandidata a la Alcaldía de Guayaquil. Pero que la organización tiene pendiente cumplir con los términos legales de primarias.
Jairala aclara que en el evento del jueves pasado no se lanzó su candidatura, sino que él aceptó el pedido de la militancia de participar en las elecciones primarias, que se realizarán a finales de septiembre o a inicios de octubre. En esta ocasión, serán elecciones abiertas.
En Quito, Guillermo Lasso, líder de Creo, aprovechó el lanzamiento de un libro de Juan Carlos Holguín para anunciar su precandidatura a la Alcaldía capitalina.
Con esta decisión, se dejó de lado a otros políticos del Movimiento que buscan el apoyo. Por ejemplo, el exasambleísta Diego Salgado dijo que seguirá trabajando en su plataforma política Quito Futuro, en espera de que la directiva de Creo en Pichincha se pronuncie.
En las últimas elecciones, las presidenciales del 2017, los partidos y movimientos nacionales eligieron principalmente las primarias representativas. Por ejemplo, Alianza País (AP) realizó una convención en Quito, con la presencia de delegados de las directivas provinciales.
Ahí se presentó la opción del binomio Lenín Moreno-Jorge Glas. Y los delegados levantaron sus acreditaciones en señal de apoyo, eligiéndolos con una aclamación.
En las elecciones del 2013, la unión de las izquierdas, en cambio, utilizó elecciones cerradas. Un total de 2 000 adherentes a la tendencia votaron en una papeleta y el elegido para terciar por la Presidencia fue Alberto Acosta.