En el cuartel de la Policía Metropolitana en la Loma de Puengaí funciona el Centro de monitoreo de las cámaras de reconocimiento facial. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En las 16 pantallas del sistema ‘videowall’ se observa el movimiento de la gente en 49 puntos estratégicos del Centro Histórico de Quito como el corredor turístico El Panecillo y La Marín. El monitoreo se hace desde el cuartel del Cuerpo de Agentes Metropolitanos de Puengasí con la finalidad de supervisar el espacio público, prevenir aglomeraciones durante la actual emergencia sanitaria del covid-19 y vigilar las zonas con problemas de inseguridad.
Desde allí se observa lo que captan las cámaras con capacidad para identificar rostros de personas con una precisión del 96% y un alcance de hasta 100 metros. Las imágenes pasan a un software informático con una base de datos que almacena la información de quienes tienen antecedentes y han sido detenidos.
Luis Fuertes, coordinador operativo del centro de monitoreo, señala que hasta el momento 45 personas han sido identificadas, por incurrir en diferentes delitos, dentro de la primera fase del programa que comenzó el año anterior.
La mayoría de apresados han sido carteristas y arranchadores que operaban en el sector de La Marín. También acosadores de mujeres en la calle o en los sistemas de transporte. Asimismo se han presentado casos de personas que pintaron grafitis, quemaron basura en espacios abiertos, entre otras faltas. Cuando se ha presentado una emergencia, la Policía Metropolitana retiene a los sospechosos y se comunica con la Policía Nacional para que los detenga.
Sin embargo, para Juan Carlos Rojas, presidente del barrio San Blas del Centro Histórico, la instalación de cámaras no ha sido efectiva para contrarrestar la delincuencia. Sostiene que en la calle Chile y avenida Pichincha de La Marín se reportan robos de forma recurrente y justo allí funciona uno de los dispositivos. Asegura que mucha gente no respeta y se orina o defeca en los espacios públicos. Lo mismo ocurre en la calle Antepara o las inmediaciones del Coliseo Julio César Hidalgo.
Manuel Moya, presidente de la Confederación Unitaria de Barrios del Ecuador, dice que al principio hubo gran expectativa con la instalación de esa tecnología, pero cada vez hay más inseguridad. “Se pensó que iba a haber un mejor control, pero los resultados no son óptimos en las zonas más sensibles como La Marín, San Roque o El Panecillo”.
El sistema de reconocimiento facial forma parte del plan de videovigilancia implementado en el Distrito Metropolitano, explica Adrián Haro, director de la Empresa Pública Metropolitana de Logística para la Seguridad y la Convivencia Ciudadana. En la primera etapa se instalaron 78 cámaras en 49 sitios del Centro Histórico con una inversión de USD 572 000. Los lugares fueron escogidos por la Policía Nacional, la Secretaría de Seguridad del Municipio, el ECU 911 y otros organismos.
Ahora se avanza en la segunda fase del proyecto con la instalación otras 125 cámaras en 57 puntos como La Mariscal, Quitumbe, Calderón, Eugenio Espejo, Eloy Alfaro y Tumbaco. Esta vez, la inversión es de USD 1,2 millones. Los dispositivos son de dos tipos. Los fijos que se colocan en graderíos o escalinatas, mientras que los Ptz giran hasta 360 grados y se instalan en zonas amplias como parques o estaciones de transporte como, por ejemplo, el Playón de La Marín.
La semana pasada, personal técnico de la Empresa de Seguridad inició la obra civil con la provisión, instalación, implementación y operación del sistema. Instalaron las bases de los postes en la calle Veintimilla, frente a la Comandancia del Cuerpo de Bomberos, así como también en la calle Juan León Mera y sus intersecciones con la Baquedano y Foch, en La Mariscal.
Con esto se busca garantizar la seguridad de quienes caminen por esos sectores y se articulará acciones con la Policía Nacional, que ha reforzado los controles en el sur y centro de Quito en donde se observa un mayor número de robos, según las estadísticas que maneja la institución. En varios sitios de Chillogallo, Quitumbe y San Roque se ha coordinado para incrementar los patrullajes.
Hay preocupación por los asaltos a transeúntes. Para el comandante de Policía del Distrito Metropolitano, general Fausto Salinas, hay un incremento en la actividad delictiva en comparación con marzo y abril cuando había mayores restricciones a la movilidad por la emergencia sanitaria.
Ante esa situación se ha ordenado mayor presencia policial en las vías. Además, la institución uniformada ha realizado una geolocalización de los puntos donde se presentan más denuncias a través del ECU-911 y de las unidades de policía comunitaria. Esto con el objetivo de conocer qué tipos de delitos son más frecuentes en ciertas áreas y desplegar intervenciones.
A esto se suma que las nuevas cámaras cuentan con un sistema de perifoneo, el cual es utilizado por la emergencia sanitaria. Alertan a los transeúntes que no compren en la calle y que utilicen mascarilla. Si hay aglomeraciones se pide a la gente que respete los distanciamientos. También se cuenta con el apoyo de dos vehículos que funcionan como centros de monitoreo móviles. Uno se emplea para la gestión de riesgos y el otro para reforzar los controles del espacio público.