En la av. 12 de Octubre, en el norte de Quito, una cámara del ECU-911,
registra imágenes del tránsito y los peatones. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
En 2 kilómetros de recorrido por el norte de Quito, Christian y el agente que le asignó la Policía Judicial encontraron nueve cámaras de videovigilancia del ECU-911.
De estas, ocho estaban desactivadas o dañadas. Solo una funcionaba, pero la calidad de las imágenes era tan deficiente que no se pudo identificar las placas del taxi en que él sufrió un secuestro exprés.
“¿Para qué tenemos cámaras, si cuando seguimos el trayecto que hizo el taxi solo encontramos equipos dañados o apagados?”, se pregunta Christian.
Han pasado cinco meses desde que sufriera el violento asalto, y hasta el momento no tiene pistas de las personas que lo golpearon y le robaron USD 3 000. Las quejas se repiten entre los peritos del Departamento de Criminalística de la Policía, que se encargan de extraer audios y videos.
“Hay problemas con la calidad de imágenes que graba el ECU-911, pero tenemos un programa especial con el que podemos mejorarlas, aunque no
siempre logramos identificar los rostros, placas y ese tipo de detalles”, señala un agente.
Para la ministra del Interior, María Paula Romo, el problema de ciertas cámaras es que este año finaliza su vida útil. Este tema fue analizado el 23 de abril pasado, en una reunión entre la funcionaria y el alcalde electo de Quito, Jorge Yunda.
En esa cita, Romo dijo que hay cámaras que no hacen acercamientos, sino solo tomas generales y fijas. Tampoco leen placas de vehículos y hay municipios que tienen sus propios sistemas de vigilancia.
En el país hay 4 598 cámaras conectadas al servicio de emergencias. De ellas, 205 presentan fallas o están dañadas, indica la entidad de seguridad.
Pero el ECU-911 aclaró, vía correo electrónico, que “cuando hay inconvenientes técnicos se solucionan de forma inmediata con mantenimiento preventivo y correctivo”.
Sobre la tecnología, la entidad indica que el 90% de las cámaras son de tipo domo, es decir, pueden girar 360 grados y hacer acercamientos a una distancia de 300 metros. Otros 19 dispositivos son de largo alcance. Los equipos con tecnología para leer placas suman 12 en el país.
El accidente de tránsito del pasado 8 de abril, en el redondel Monseñor Emilio Lorenzo Stehl, en Santo Domingo, tampoco fue grabado por la cámara que está allí. Los testigos indicaron que la víctima intentó cruzar la calle.
Otros dijeron que el conductor del bus tuvo la culpa cuando trató de rebasar a exceso de velocidad. “No sabemos cuál fue la razón del accidente, porque el aparato no sirve, está en mantenimiento”, dijo el inspector de la Agencia de Tránsito de Santo Domingo, Adrián Gómez, quien atendió la emergencia.
El conductor fue detenido, mientras que el cuerpo de la víctima quedó debajo del bus.
En otro caso, el robo a la casa de Víctor no fue registrado por la cámara de vigilancia que está ubicada en la intersección de las calles Hermandad Ferroviaria y Juan Cueva, en el sur de Quito. Cuenta que en diciembre pasado, después de presentar su denuncia en la Fiscalía, solicitó copias de los videos con la esperanza de encontrar alguna pista sobre los desconocidos que vaciaron su vivienda. “La respuesta que recibí es que la cámara no estuvo funcionando ese día”.
El ECU-911 indica que entre enero y marzo de este año, los aparatos de videovigilancia han generado 14 141 archivos sobre robos, accidentes, riñas y otro delitos que han sido remitidos a las fiscalías del país.
Para el presidente Lenín Moreno, el sistema del ECU-911 deber ser renovado este año “ya que el anterior Gobierno no lo hizo”. Entre los aparatos que se analiza adquirir hay dispositivos de reconocimiento facial. Romo explicó que esta tecnología se podrá usar, sobre todo, en las terminales aéreas y fronteras terrestres, para identificar a sospechos de delitos.
La presidenta del Comité Intersectorial del Servicio Integrado ECU-911, Alexandra Ocles, dijo la semana pasada que hasta junio está previsto concluir el proceso de evaluación de los equipos, programas informáticos y otros recursos del servicio de emergencias.
“Un gran porcentaje de cámaras tiene que ser renovado”, agregó sin precisar cifras. La idea es conocer las necesidades y fallas que tiene esa entidad. “Necesitamos un ECU con mejor tecnología”.