Las capacitaciones en el parque La Carolina se realizan en la Cruz del Papa desde las 17:00 hasta las 21:00. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
No hará falta pedalear y pedalear para llegar hasta un lugar. Bastará con prender el motor, poner el pie sobre el pedal y presionarlo ligeramente para sentir una repentina aceleración que hará que las nuevas bicicletas eléctricas emprendan su camino.
No es una moto, ya que no cuenta con un acelerador. Lo que hace que funcione de esta manera es un sistema de asistencia al pedaleo, un motor en la parte trasera de la llanta y una batería que puede aguantar hasta 70 kilómetros sin ser recargada.
Con estas bicicletas se cambia la cicleada tradicional. La dificultad de pedalear en una ciudad que se caracteriza por sus cuestas, llegar transpirado al trabajo en la mañana o no tener un estado físico adecuado eran algunas excusas para no movilizarse en este transporte de dos ruedas.
Desde este lunes, con la incorporación de las 300 bicicletas eléctricas al sistema público BiciQuito estos pretextos ya no serán válidos para ciclear.
Así lo explica Darío Cabrera, asesor del secretario de Movilidad del Municipio de Quito, quien considera que esta es una forma de captar la atención de los ciudadanos para que opten por movilizarse en este tipo de transporte.
Hasta el momento se han capacitado a mil personas, dice Cabrera, y se estima que aproximadamente el 30% son nuevos usuarios. Estas capacitaciones son un requisito obligatorio para quienes opten por usar estas bicicletas.
En la Plaza Cívica de la Administración Eloy Alfaro, parques La Carolina, Cumandá y Bicentenario se darán clases permanentes de dos horas, en diferentes horarios.
Después se verificará la identidad del usuario para así poder entregarle su carné. Una vez que el documento esté listo estará apto para pedalear por las calles de la ciudad.
Algunos ciclistas como Pepe Carrión creen que la incorporación de estas bicicletas al sistema público es positiva para fomentar y potenciar la cultura del ciclismo, que aún no está muy presente en Quito debido a su geografía irregular.
Para María Cristina Restrepo, usuaria del sistema BiciQuito, antes de incorporar nuevas bicicletas se debería mejorar el estado de las actuales. Además, considera que el número disponible no es suficiente para la demanda de usuarios en la ciudad.
En ocasiones ha llegado a las estaciones y ha tenido que buscar otro medio de transporte porque ya no había bicicletas disponibles. Lo mismo le ha ocurrido a Julio Hidalgo, quien pedalea todos los días hasta su trabajo.
Este ciclista se retiró del sistema público desde hace dos años por las complicaciones en los trámites de renovación que tuvo que enfrentar.
Hidalgo considera que la implementación de las eléctricas no tiene una repercusión en la mejora del servicio. “Si no se asegura su buen uso terminarán como las actuales”.
Para estos usuarios, lo más importante es contar con una infraestructura adecuada. Sin una red de ciclovías eficiente, creen que no se podrá lograr la masificación del uso de la bicicleta. Más capacitaciones y la obligación de utilizar un casco son otras sugerencias.
Cabrera explica que se está estudiando la incorporación de nuevos puntos y extender los kilómetros de ciclovía. En mayo se prevé que realizarán estos trabajos de extensión.
Hasta el momento existen 24 estaciones activas y se planea abrir otras en zonas como Guápulo, en la Río Coca y en La Magdalena, dependiendo de los estudios de movilidad que se están realizando.
En una primera etapa, las bicicletas eléctricas estarán disponibles en las 12 estaciones del hipercentro, que es donde se registra la mayor movilidad, dice Cristian Quiroz, coordinador de Transporte no Motorizado. Por las noches serán almacenadas en tres bodegas que se ubican en el norte, centro y centro sur de la capital.
Las nuevas bicicletas llevan un GPS que también ayudará a saber cuáles son las rutas más utilizados por los usuarios para continuar mejorando el servicio. Solo usuarios registrados mayores de 18 años podrán conducirlas.