Ataques con explosivos atemorizana poblados fronterizos de Sucumbíos

La fachada de una casa resultó afectada por un explosivo, hace 11 días, en Puerto El Carmen, Sucumbíos. Foto:Patricio Terán /EL COMERCIO

En las calles de Puerto El Carmen es habitual ver a personas con corte militar. Son corpulentos, viste bividís y jeans. Frecuentan las pocas tiendas de abarrotes que hay en el lugar o entran a los billares.
Moradores de este pequeño poblado de Sucumbíos, fronterizo con Colombia, dicen que esas personas son guerrilleros de las FARC. La gente no se mete con ellos; mayor temor provoca, desde hace tres semanas, el rumor de que en esta zona de Ecuador opera un nuevo grupo armado irregular.
Los campesinos, asentados en las riberas de los ríos San Miguel y Putumayo, hablan de una “guerrilla ecuatoriana”. Incluso dicen que estaría conformada por bandas delictivas y disidentes de las FARC.
Desde julio, a ese grupo se le atribuyen tres ataques violentos, dirigidos a personas que viven o trabajan en Puerto El Carmen. EL COMERCIO llegó a esa localidad fronteriza situada a 188 kilómetros de Lago Agrio, en el límite con Colombia.
Allí habitan unas 3 000 personas. El 60% es oriundo de Colombia y el resto de Ecuador. El calor es intenso y la humedad igual. Los pobladores usan pantalonetas, camisas y blusas ligeros. Los militares, con uniforme camuflaje, fusiles, cascos y chalecos antibalas, caminan por las calles, como parte de la cotidianidad.
El jueves había soldados frente a la casa de Fabián C., un morador que vive en este poblado desde hace 28 años. Un patrullero con tres agentes también vigilaba la vivienda.
La custodia llegó la madrugada del 29 de julio. Ese día un explosivo fue colocado y detonado fuera del inmueble. La explosión rompió la pared de cemento y destruyó una puerta metálica enrollable que cubría la ventana.
El jueves, Fabián C. accedió hablar con este Diario. Contó que el ataque fue perpetrado luego de seis días de que se negara a asistir a una reunión “con el comandante de la guerrilla ecuatoriana”. A esa cita, que debía realizarse en la selva colombiana, también fueron convocados otros 20 comerciantes.
La idea era acordar los víveres que entregarían mensualmente al supuesto movimiento y los montos que debían entregar por las denominadas ‘vacunas’, es decir, pagos extorsivos por una supuesta seguridad para los civiles.
Por años, esas prácticas han sido ejecutadas por las FARC para financiarse. De hecho, agentes de la Policía de Sucumbíos revelaron que el encargado de estos cobros eran un cabecilla del Frente 48, que fue detenido hace un año.
Desde entonces, la guerrilla no designó a otro “recaudador” y en los últimos meses no se escuchaba sobre ‘vacunas’, hasta que se registró el ataque a Fabián C.. Pero él no fue el único que se negó a ir a la reunión.
Mauro A., otro comerciante, también rechazó la convocatoria con los sospechosos. Días después, un explosivo fue colocado afuera de su negocio, aunque no explotó.
Édgar Q., en cambio, perdió su carro, luego de que le hicieran estallar con explosivos, el 24 de julio en Lago Agrio.
Estos hechos son investigados por las autoridades. La semana pasada, el gobernador de Sucumbíos, Yofre Poma, convocó a una rueda de prensa a los medios locales, para pedir calma a la ciudadanía. Allí descartó que se trate de grupos armados. “Es delincuencia común”, dijo. Eso repitió el comandante de la Policía en la provincia, Guillermo Ortega.
Pero los dos admitieron que existe preocupación por los ataques, pues nunca habían ocurrido eso en la provincia. Para este 10 de agosto está previsto un Comité de Seguridad en Puerto El Carmen.
Se conoció que en otras poblaciones fronterizas también hay casos de extorsión por ‘vacunas’, aunque los afectados no denuncian por temor.
Eso también lo corrobora el teniente de navío, José González, capitán de Puerto El Carmen. Él tiene a su cargo la vigilancia de 191 millas náuticas que están en la línea de frontera. Dice que en ese tramo hay cerca de 40 comunidades y que “la mayoría paga los tributos ilegales”.
Los militares saben que los denominados “recaudadores” utilizan los ríos en embarcaciones ilegales. Por eso los controles son frecuentes. En lo que va de este año 525 naves fluviales han sido inspeccionadas. De esas, 29 presentaron anomalías, como no tener documentos en regla.
Inteligencia Militar y personal de las Fuerzas Especiales 53 de Sucumbíos también han rastreado a los supuestos guerrilleros.
Ellos conocen que las agrupaciones delictivas utilizan nombres de al menos cuatro mafias para atemorizar a las comunidades. Entre esos están La Comuna, Águilas Negras, Los Urabeños y el más reciente Movimiento Revolucionario Alfarista, Comuneros Montañas del Ecuador.
En poblaciones como Puerto Nuevo y Puerto Mestanza incluso han pegado afiches con sus logotipos y colores. Los panfletos son colocados durante las noches en las paredes de las casas y los postes de alumbrado público.
Los militares tienen la orden de retirarlos de inmediato. Aunque continúan difundiéndose, los soldados aseguran que no son grupos guerrilleros. Lo que sí advierten es que son bandas que intentan organizarse. Eso lo corroboraron el jueves. Ese día detuvieron a dos sospechosos que se escondían en una casa de Puerto El Carmen y que tenían, según los militares, una granada.