Redacción Judicial
‘Esta sensación de inseguridad y de impunidad es insoportable. Cinco desconocidos ingresaron violentamente a mi casa, como a las 15:00. Lo sorprendente es que lo hicieron por la puerta del garaje, eléctrica, que se abre con un control que solo nosotros tenemos. Es decir, ellos consiguieron un clon del control.
Lo más grave fue que adentro estaban mi esposa, mi hijo de 4 años y la empleada doméstica. Las amarraron, las amenazaron con armas, las insultaron… Primero les quitaron los celulares, para evitar que se comunicaran, y cortaron el cable de la línea telefónica. Uno de los asaltantes, una mujer, se quedó en la puerta, controlando que no se movieran, mientras sus compinches sacaban lo que más podían de la casa.
Una marcha para hoy
Renán P. convoca a una marcha ciudadana para hoy, a las 10:00, frente a la Tribuna de la av. De los Shyris, en Quito. Busca crear conciencia frente a la delincuencia y la inseguridad.
La manifestación será pacífica, no es contra el Gobierno. “Están invitados todos quienes hayan sido víctimas de la delincuencia”, señala.
Renán P. es abogado. Trabaja en temas de seguros privados, para compañías de seguros, en una oficina en el norte de Quito.
Al presidente Rafael Correa le pide que se ponga, por un momento, en los zapatos de las víctimas de la delincuencia, “porque así, a lo mejor, podrá diseñar mejores políticas de seguridad”.Los delincuentes actuaron rápido, en menos de diez minutos se llevaron los artefactos de valor: los electrodomésticos, los televisores, las computadoras, el equipo de sonido, mucha ropa, joyas…
La Policía, cuando llegó, 40 minutos después del asalto, trató de consolar a mi esposa, diciéndole: no los han golpeado. ¡Cómo es posible! Si bien no hubo golpes, hubo un efecto emocional que hasta ahora no logramos superar.
No contamos con seguridad exclusiva. En el sector donde vivo -en el valle de Cumbayá, al nororiente de Quito- hay casas dispersas. Ya son varios los casos de asaltos a los domicilios.
De lo poco que mi esposa pudo escuchar a los delincuentes, uno de ellos tenía acento extranjero; otro era de otra región, la mujer parecía quiteña. La asaltante amenazó a mi hijo de 4 años, le dijo que lo iba a matar; imagínese, es un trauma inmanejable que tienen mi esposa y mi niño. Yo puedo volver a recuperar las cosas que se llevaron y no es que me sobra la plata, pero la tranquilidad no la voy a recuperar.
Pues la Policía se limita a recibir la denuncia. Se nota la falta de interés y de diligencia para tratar de ayudar a las víctimas de la delincuencia. A mi esposa, cuando fue a la Policía Judicial, le hicieron esperar horas, le dijeron que el agente encargado del caso tenía que salir a cumplir una diligencia. Cómo habrá sido la diligencia que salió con uniforme deportivo. Estamos sin protección.
La Policía, además, no tiene los suficientes equipos materiales y personal para hacer frente al auge de la delincuencia. Los agentes fiscales tampoco son suficientes.
No es un tema que debamos manejarlo políticamente, simplemente el problema de la delincuencia y la inseguridad se le fue de las manos al Estado. No hay control sobre la delincuencia y a los ciudadanos no nos queda otra cosa que unirnos y organizarnos para defendernos; tomar medidas preventivas…
No digo que salgamos a linchar a los delincuentes, pero, cuando uno es víctima de la delincuencia y se encuentra con policías así, lo primero que piensa es: ‘Si encuentro al delincuente, lo lincho’.
Seguramente confluyen muchas circunstancias para el incremento de la inseguridad. El discurso oficial contra los ricos y a favor de los que no tienen nada a lo mejor puede incidir en la delincuencia. No es que le eche la culpa del problema a este Gobierno; también puede ser el hecho de que se eliminó la visa para los extranjeros que vienen al país; las reformas penales apresuradas que dan impunidad al delincuente; el aumento del desempleo, pero más allá de todo esto, lo cierto es que no hay políticas de Estado frente a la inseguridad.
Insisto, ¿será que crear un ambiente de confrontación contribuye a que haya menos delincuencia? La primera autoridad del país no puede decir que el robo de celulares de más de USD 600 afecta solo a los pelucones, no es correcto, no debe decir eso.
Y los medios hablan de temas coyunturales como la Ley de Comunicación, los apagones, la sequía, que son temas de interés ciudadano, pero se deja de lado un tema grave que nos afecta, que atenta contra nuestras vidas, como es la delincuencia.
Mientras no haya una justicia eficiente, mientras la Policía no cumpla su papel de proteger a la gente, mientras no haya una política de Estado para enfrentar a la inseguridad, la delincuencia seguirá haciendo de las suyas. Y así de qué futuro podemos hablar.
También he abierto los ojos, porque nos falta solidaridad y conciencia a los ciudadanos frente a la inseguridad, ya no es asunto aislado, nos afecta a todos”.