Cuenca, la capital de la provincia del Azuay, cumple hoy 190 años de su independencia de la Colonia española, que dominó desde el Descubrimiento de América. Considerada la tercera ciudad del país, es una de las primeras en asuntos culturales. Igual que Quito, su Centro Histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999.
El 3 de Noviembre de 1820, bajo el comando del prócer Tomás Ordóñez, la capital azuaya declaró su independencia en medio del regocijo popular. Los historiadores de entonces describieron el hecho como la respuesta a la masacre perpetrada contra los patriotas quiteños ocurrida el 2 de Agosto de 1810, casi un año después de la proclamación de la Independencia.
Este aniversario coincide con los esfuerzos de Cuenca y sus habitantes por preservar un patrimonio histórico y, al mismo tiempo, convertirla en una urbe hermosa, no solo por su belleza natural, sino también por su impresionante crecimiento urbanístico e industrial, que la ubican como uno de los principales destinos para turistas y ejecutivos de negocios.
Un recién remodelado aeropuerto y su infraestructura hotelera comprueban el interés nacional e internacional por conocer esta ciudad. También un parque industrial en pleno desarrollo y un sistema moderno de reciclaje de basura y de tratamiento de las aguas servidas para que sus pintorescos y cristalinos ríos recuperen la vida, son algunas de las iniciativas que han puesto en marcha sus autoridades.
Qué decir de su gente, de sus ilustres pensadores y creadores de cultura que la han definido como la ‘Atenas del Ecuador’. Es que Cuenca -y la provincia del Azuay-, a pesar de ser la que más ha sufrido el drama de las migraciones, cree en su pueblo y mira con esperanza su futuro.