Un monstruo llamado burocracia
Eduardo Proaño Paredes
Un mal de nunca acabar. Si tienen la suerte de tener un empleo, la atención al usuario y cumplimiento de su trabajo debería ser excepcional, pero sobrepasa la mediocridad. Que decepción, malestar e impotencia. Fui en días anteriores al Municipio de la ciudad de Ibarra a realizar una rectificación de un trámite mal realizado por los empleados “brillantes” de avalúos y catastros de esa institución. Estaban como veinte empleados sentados en sus escritorios. A los que pude ver estaban solo sentados sin hacer absolutamente nada; otros veían sus celulares; solo la señora de la ventanilla trabajaba. Pedí hablar con una ingeniera que me pidió un dato para la corrección, pues trabajan a puerta cerrada. Cuando la señora iba a hacerme entrar, un señor que me supongo era el jefe de esa oficina, con pujos de embrión de Emperador, le dijo: “nadie entra”, la atención al público es hasta las 12:00. No exagero, estaban sin hacer nada. Siguen llenando de burócratas ineficientes, que se creen dueños de esos puestos y que nos hacen un favor al atendernos. Entiendan señores burócratas, es obligación de Ustedes atender eficientemente a los Usuarios; cuándo van a entender eso. Es imprescindible hacer una evaluación de metas conseguidas y eficiencia en el trabajo. No es justo que, con tanto desempleo, sigan abusando estos malos empleados públicos.
Pino a pino…al despeñadero
Marcelo Gallo Gallegos
Cuando enseñamos a nuestros hijos a dar sus primeros pinos, del primero en adelante somos testigos de su caminar solos a su progreso; pero en la política ecuatoriana se da exactamente la antítesis de trabajar para el progreso del país. Pino a pino van logrando, especialmente desde la Asamblea, que nos encarrilemos a un seguro despeñadero. Que les importa a la mayoría vergonzante lo que suceda; ya parcialmente lograron su objetivo con la destitución de la anterior Presidenta; les falló la acometida contra el Presidente de la República; ahora, afilaron sus patrañas contra la Segunda Vicepresidenta de la Asamblea; y, después, ¿qué sigue en su agenda destructiva? A la mayoría de los asambleístas no les importa sino el control político hasta llegar a los organismos de control y así tapar los robos y mañoserías del pasado. Qué les importa si tienen sueldo y recursos provenientes de obscuras fuentes o del rédito de robos del pasado. Los asambleístas son la clase privilegiada de nuestro país: buen sueldo, inmunidad, intocables en sus cargos mientras dure su período; una tenue purga de un legislador; pero, la gran mayoría sin producir algo positivo para el bien del país. Incompetentes y ciegos asambleístas, pino a pino, nos llevan sin remedio al despeñadero del país; no les importa nada, viven su realidad de tranquilidad, de inmunidad con buen sueldo y dudosos y obscuros patrocinios.
Consejo al Presidente
Edison E. Estrella Rosero
Suelo leer los artículos de opinión de El Comercio, pero creo que el “Consejo al Presidente” es algo que debe considerarse como una broma; por eso más bien leo las cartas de los ciudadanos. El consejo dice: ¿Qué aconsejarle a un presidente en tal situación? Lo único que se me ocurre: que hable con las gentes sencillas y las escuche. Me parece poco interesante y quizá una tomadura de pelo decir esto al final del artículo, sin decir las causas del País inviable que señala el articulista. Ojalá se pueda publicar esto que sin duda es un reclamo amable. Hay asuntos más importantes que publicar.
Advertencia
Marco A. Zurita Río
En 15 días se podrá conocer quien operará el Metro de la Capital (EL COMERCIO 1 de julio 2022). Buena noticia es porque la EPMMQ está pisando el acelerador a fondo para cumplir con la disposición política: “el Metro tiene que entrar en servicio en diciembre 2022. Pero cuidado esto cauce un estrellamiento irreparable en la etapa de operación. Después de muchos años de inoperancia, la EPMMQ se despierta a última hora y acelera el proceso de contratación del operador internacional buscando toda clase de subterfugios, básicamente utiliza dos atajos, uno legal y otro arbitrario. El primero es el Régimen Especial Art. 2 de la LOSNCP, articulo que permite acortar los procedimientos precontractuales cuando se contrata con empresas públicas de la comunidad internacional. Los resultados son más malos que buenos (experiencia vivida en la década ganada), porque facilita la adjudicación a dedo y en la operación el contratante no solo tiene que lidiar con el contratista, sino que entre los gobiernos se pueden generar conflictos; en el caso de consorcios la situación se multiplica. El segundo atajo constituye la violación de su propia ley (pliegos y TDRs); no toma en cuenta el procedimiento preparatorio y se pasa directo a la contratación, privándose de obtener la oferta mejor evaluada y el presupuesto referencial. Según la EPMMQ, en marzo se lanzó el proceso con 11 interesados; hasta el 22 de junio se presentaron únicamente dos ofertas: una empresa y un consorcio; de estas, el 15 de julio se adjudicó al operador del Metro; preocupa que 9 empresas no hayan presentado oferta; ¿será que los pliegos y TDRs fueron insuficientes? Pero lo que más preocupa es que en el proyecto más importante de Quito y del Ecuador, el operador sea adjudicado en menos de 23 días, sin presupuesto referencial y con muchos temas importantes sin resolver.