“El orgasmo es sólo uno de los muchos placeres de la vida“, afirma la sexóloga Yvonne K. Fulbright en una de sus últimas columnas publicadas en ‘The Huffington Post’. El problema, agrega la experta en relaciones de pareja, es que la sociedad se ha obsesionado con ellos y les ha dado demasiada importancia.
“Populares revistas, sitios web y libros prometen incansablemente ayudarte a tener múltiples, intensos y extensos orgasmos. Nada es más importante, con el clímax como la experiencia y sensación más codiciada del mundo”, sostiene. Sin embargo, se pregunta: “¿Es así? ¿Debe ser así?”.
Fulbright señala que, aunque ciertamente la mayoría de las personas considera al orgasmo como una experiencia placentera, a su juicio es necesario poner en perspectiva la importancia que algunos le otorgan y que los lleva a obsesionarse con ellos. Por esto, recomienda que cuando alguien se sienta frustrado en su búsqueda del clímax, recuerde que la vida ofrece muchas experiencias igualmente impresionantes.
“Algunas, de hecho, son más simples, dulces y fáciles de alcanzar”, apunta, y entrega ejemplos de lo que a ella personalmente le produce placer:
Contenedor de tips
Reír sin parar
Según la sexóloga, el fenómeno de no poder recuperar el aliento de tanta risa no es algo que se dé seguido y, por lo tanto, cuando ocurre resulta muy placentero.
El abrazo de un niño
“Nada se siente más perfecto o mejor que tener los brazos y las piernas de tu pequeño alrededor de tu cuerpo, y su cabeza enterrada en tu cuello. El mundo se vuelve lleno de paz y amor”, asegura Fulbright.
Despertar y volverse a dormir
¿Alguna vez se ha despertado en la mañana pensando que tu reloj no sonó y es tarde para irte a trabajar, pero luego se da cuenta de que es sábado y puede seguir durmiendo? Para la sexóloga, cuando eso ocurre es un “momento absolutamente delicioso”.
Saciar la sed
Sobre todo cuando se hace con agua pura. “Nada rehidrata mejor que el agua, en especial cuando tu cuerpo lo ansía. Seguramente has estado en esa situación y sabes lo bien que se siente”, asegura.
Hundirse en una tina caliente después de pasar tiempo en el frío
Sentir manos, pies, nariz y todo literalmente congelado, debe ser una de las sensaciones menos placenteras que existen. Sin embargo, saber que tienes la posibilidad de entrar en calor, lo hacen soportable. “Una buena ducha o tina caliente es generalmente la manera perfecta para hacer que la sangre fluya de nuevo”, indica Fulbright.
Recibir una inesperada ayuda financiera
¿Le ha ocurrido que se pone una chaqueta que estaba perdida al fondo de su clóset o usa una cartera que tenía olvidada, y en su interior encuentra un flamante billete? Sin duda, su primera reacción es sonreír sin parar, en especial si el dinero te llega cuando realmente lo necesita.
Meterse a la cama con sábanas limpias y frescas
A juicio de la sexóloga, se trata de una situación que no requiere mayor explicación. Simplemente -dice- “se siente celestial”.
Estar junto a tu pareja piel con piel, y sentirla de pies a cabeza
Según Fulbright, no importa que ese momento de intimidad no pase a mayores, sino que el sólo hecho de estar en brazos de la persona que ama, “es una de las pocas cosas que nos hacen olvidar que el resto del mundo existe”.
La satisfacción de haber tenido una buena sesión de entrenamiento
El ejercicio físico estimula la producción de endorfinas, las que son conocidas como “las hormonas de la felicidad”, ya que tienen efecto analgésico y otorgan sensación de bienestar. Así, poner el cuerpo en movimiento puede, en efecto, provocar placer.
Saber que la persona de quien está enamorada también le ama
Cosquilleo, mariposas en el estómago, la sonrisa que no se borra del rostro. Son múltiples los efectos que genera el amor entre dos personas y que, según la sexóloga, hacen que “todo en el mundo se sienta bien”.
Conseguir un objetivo esperado
No importa si es grande o pequeño, la emoción que se siente al lograr algo tras haber trabajado duro, es inmensa, asegura la sexóloga.