Van terminando los balances sobre las votaciones de la famosa consulta del sábado 7 de mayo. Los votos, en esta oportunidad, tuvieron una ventaja. Dieron oportunidad para festejar a muchos. Cada cual hace las cuentas a su manera, sumando, restando o dividiendo. Lo que nadie niega es que fueron interesantes. El Jefe, sobre todo, tiene material para varias cadenas sabatinas, cada una más entusiasta que otra y ya con un candidato fijo para el 2013. ¿Cuál? El que sabemos. El Jefe en persona, sin nada de concesiones ni gentilezas. ¿Otros postulantes más? Vaya tarea difícil, pero los chismosos tienen sus nombres. Poco a poco los irán mencionando, en pos de un sueño y talvez de una sorpresa.
Por lo pronto funciona una pausa electoral. Dos años y algunos meses sin urnas. Un descanso justo luego de la serie que se inició en el 2006. Una oportunidad para analizar los temas pendientes y en ciertos casos para reclamar el diálogo, una palabra interesante que se escucha de vez en cuando con el intento de bajar el tono de la confrontación, un concepto infaltable en la política nacional, sobre todo en la última etapa.
Mientras tanto, volvió al trabajo la Asamblea Nacional y para comenzar el Corcho anuncia que le toca el turno a la Ley de Comunicación, luego de la buena nota que obtuvo en la consulta. No faltó por allí la pregunta de un chismoso: ¿y, don Corchito, si luego de interesantes, largos y a veces enconados debates ustedes aprueban una ley…no vendrá un veto del Jefe? Don Fernando dio una respuesta interesante: mientras más votos tiene una ley –y más aun si llega a los 100 votantes- más se blinda. Ademá, pidió que, al tratar este tema, los asambleístas se dejen de caprichos y confrontaciones. Por cierto, sumar votos en un tema importante y conflictivo no es fácil. Se requiere, entre otras cosas, que haya aperturas, concesiones, que funcione la buena fe en de las partes y, además, que el propio Corcho se mantenga en sus posiciones cuando son positivas. Hay, pues, expectativa por la ley que está en la palestra y que ahora va a llegar a una definición, según se ha dicho y repetido. No se puede olvidar que el mayor voto a favor del “no” fue obtenido por la pregunta 9, relativa a los temas de prensa. Es algo para no olvidar.
La Asamblea tiene, pues, trabajo a la vista. No solo en la Ley de Comunicación sino en la respuesta a las preguntas de la Consulta que vayan a sus manos. La oferta legilativa es un trabajo rápido, pero interesa que sea fundamentalmente serio, tomando en cuenta que hay temas complejos y algunos cuentan aun con anexos, todo lo cual exige una labor minuciosa y responsable. Lo asambleístas ya han tenido un buen descanso y seguramente no les falta el entusiasmo. Las notas que alcancen este año dependen de la forma como afronten este deber y las lecciones que están en sus manos.