‘Si hay dos pueblos que disfrutan la misma geografía humana son Ecuador y Perú, y que ya corrigieron la fe de erratas de su historia”.
Se diga o se calle, las relaciones entre países reciben la influencia de las respectivas posiciones políticas de sus gobiernos. En el caso de Correa y Humala habrá una compatibilidad ideológica innegable que facilitará el diálogo para que la convivencia sea más fructífera que la actual. Ambos gobiernos privilegiarán la justicia social como política básica para mejorar la equidad distributiva de los frutos del progreso económico. Ambos insurgen como producto del descontento de las poblaciones marginalizadas que depositaron su confianza en nuevos líderes, con la esperanza de que mejore su calidad de vida. Ambos tienen la obligación de responder con políticas efectivas para no defraudar a las poblaciones que les eligieron. En ambos casos, su obstinación izquierdista debe hacer concesiones a la realidad, todo en democracia.
Tienen la obligación de conducir a sus pueblos a una relación positiva en donde todos ganen, ya en el plano fronterizo como en el global. En el primero cabe un rápido desarrollo de la infraestructura para facilitar la movilidad de personas, bienes y servicios, dado que son zonas complementarias en las esferas humana, social, económica y cultural. El sur del Ecuador y el norte de Perú constituyen una sola región que merece una atención rápida de los dos gobiernos, que corrija la centralización de Quito y Lima y organice las migraciones que siempre van donde hay trabajo y posibilidades de progreso, por lo que en esta frontera están dadas las condiciones para un desarrollo conjunto, sobre la base de confianza y sinceridad.
En el nivel nacional también hay complementariedades evidentes que son propensas a una actividad bilateral muy productiva, no solo para aumentar el comercio recíproco, las inversiones en ambos lados y el turismo amistoso y productivo, sino para formar empresas binacionales que produzcan para el mercado de los dos países y para el mercado externo, que es donde está el principal motor de un desarrollo productivo que genere empleo para nuestras dos poblaciones.
Como el Ecuador no va a disponer de Acuerdos de libre comercio con EE.UU. y Europa y el Perú ya tiene vigentes estos instrumentos internacionales, las empresas binacionales podrían elaborar productos con insumos ecuatorianos y terminados peruanos para ser exportados a esos destinos, cumpliendo las normas de origen. Si el Ecuador hace acuerdos con otros países distintos puede hacer lo mismo incorporando insumos peruanos. Estos esquemas complementarios pueden comenzar ya, incluso sin que existan todavía empresas binacionales. Si hay dos pueblos que disfrutan una misma geografía humana son Ecuador y Perú, que felizmente ya corrigieron la fe de erratas de su historia.