A un año de gobierno, la economía sigue en crisis y con ello la estabilidad de los ecuatorianos. El trabajo sobre los 4 ejes planteados no evidencia mejoras. El déficit público sigue en rojo, el desempleo no cede, (solo 3 de cada 10 tienen empleo adecuado), los acuerdos comerciales no se concretan y los emprendimientos siguen en lista de espera.
La subida del precio del petróleo tiene como contraparte el incremento en el precio de los derivados, que la oferta nacional no puede cubrir, mientras el gasto público requiere con urgencia los desembolsos por parte del FMI, previstos en 1 700 millones.
La fallida Ley de atracción de inversiones truncó la expectativa del gobierno de captar IED por USD 30 mil millones y 2 millones de empleos. La imagen internacional del país en lo económico, jurídico y político hace difícil la llegada de capitales extranjeros y hay riesgo de que siga disminuyendo, como en 2021, cuando la cifra cayó en 44 % respecto del 2020, (USD 620 millones), con lo cual no se genera empleo y se incrementa la asimetría social. La inflación global postpandemia y la guerra Rusia-Ucrania incrementan los precios y afectan el consumo, así como la pérdida de mercado del banano, flores, camarón, que perjudica la balanza comercial y el empleo.
Como aspectos relevantes están la continuación del plan de vacunación, el incremento de la reserva monetaria internacional, y las conexiones internacionales, sin embargo, sus resultados no son visibles ni inmediatos. A nivel privado es el esfuerzo de los migrantes y sus remezas las que mueven el aparato económico. En 2021 estas alcanzaron la cifra récord de USD 4 362 millones, dinero que hace posible el consumo y suple la falta de ingresos por el desempleo.
El entorno político y la inseguridad son temas de alta preocupación, por la pérdida de la institucionalidad, la paz y tranquilidad internas. Para completar, la Conaie anuncia movilización permanente. Según la encuestadora Click, 71% de la población califica de mala la gestión del Presidente. El poder tiene pendiente una abultada deuda económica y social con el país.