Sí, señor. Los charros mexicanos en los tiempos de Jorge Negrete cantaban a todo pecho y muy bien entonados que “Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata” y un remate lógico era que “como México no hay dos”. Hoy se escuchan canciones menos optimistas, entre ellas las coplas dedicadas a los candidatos presidenciales, porque dentro de 62 días funcionarán las urnas para elegir al sucesor de Felipe Calderón, segundo gobernante consecutivo de las filas del PAN (Partido Acción Nacional). Don Felipe –si las cosas no cambian- tendrá que entregar la posta a un militante del PRI (Partido Revolucionario Institucionalista), partido que se dio el lujo de mandar durante 71 años, hasta el 2000, como amo y señor de la patria de don Benito Suárez y del bravo Pancho Villa.
Es interesante, pues, el país azteca que, siendo norteamericano, se parece tan poco a sus cercanos USA y Canadá y funciona como latinoamericano. Oportuno, además, porque en varios países de la región –incluyendo al ex tranquilo Ecuador- se relaciona hoy a México con palabras temibles y se habla de decenas de 60 000 muertos en la batalla emprendida por el susodicho Felipe contra enemigos tan malditos como el crimen organizado y los traficantes de drogas. Además, Calderón usó a las Fuerzas Armadas, en medio de polémicas sobre lo que sucedió en los últimos seis años.
México afronta una larga historia relacionada con la droga, algo lógico si se tiene en cuenta la vecindad con Gringolandia, el más grande consumidor del mundo y alrededores. Pero el auge de los carteles de Sinaloa y el resto se dio a partir de 1990, cuando Colombia abatió a su estrella Pablo Escobar y bajó su oferta. Ahora, no hay país libre de esa amenaza y hasta en nuestro modesto y sereno lar se oye hablar de términos tan inquietantes como marihuana, heroína, sicarios, ajustes de cuentas, incluyendo la audacia de penetrar en una valija sacrosanta. A estas alturas es lógico un debate sobre el uso o no de las Fuerzas Armadas, cuando sus misiones son tan diferentes de las policiales. Pero no hay duda de que la Marina tiene un papel en la localización de los transgresores que usan el mar y la FAE puede ayudar desde los aires y hasta se puede pensar en 4 000 soldados-policías con el juramento de no relacionarlos con ensueños políticos.
Volviendo al tema inicial, don Felipe Calderón prepara sus maletas con encuestas más bien críticas, incluyendo promedios de 38% que creen en un buen período, 50% malo y 12% muy malo. Hay quienes critican que no fue el ‘Presidente del empleo’ como ofreció y su batalla tuvo errores con muchas cruces.
Con lo cual, lo más posible es que el PRI –¿sin los grandes defectos de ayer?- vuelva al poder con Enrique Peña Nieto, el mejor en los pronósticos, perseguido por una dama “muy macha”, doña Josefina Vásquez Mota, quien aceptó llevar la enseña del posible perdedor, el PAN.